La reunión que sostuvo el pasado viernes el comandante de la Policía Federal, Oliverio Rojas, con el alcalde, José Ángel Pérez, puede leerse como el inicio de una nueva etapa en la relación y coordinación que debe existir entre el Municipio y la Policía Federal con el único objetivo de brindar seguridad a los ciudadanos de Torreón.
Tras la detención de 49 agentes municipales por parte de la Policía Federal, se vivieron días de desinformación y rumores que incrementaron el sentimiento de inseguridad que se vive en Torreón desde hace un año.
El desprestigio alcanzado por la Policía Municipal de Torreón, incluso a nivel nacional, ha sido un duro golpe político para José Ángel Pérez quien está obligado a darle vuelta a la página y mejorar el desempeño de la corporación para recuperar la credibilidad de los ciudadanos.
La “limpia” en la corporación inició el pasado sábado con el cese del director interino de Seguridad Pública, 20 comandantes y siete oficiales que no aprobaron evaluaciones realizadas por el Centro Nacional de Evaluación y Confianza. Esto no significa que los elementos sean delincuentes, simplemente no son aptos para su trabajo.
De esta forma entre elementos dados de baja y agentes detenidos, 77 policías han dejado la corporación durante el mes de septiembre. En este escenario el Municipio debe tener medidas de control para asegurarse que los agentes despedidos no pasen a las filas de la delincuencia buscando el sustento diario, al mismo tiempo que debe elevar sus procesos de evaluación para seleccionar a nuevos policías.
Policía Federal y Municipal deben mantener una constante comunicación, ya que el enfrentamiento entre corporaciones sólo contribuye al desprestigio de los cuerpos policiacos, y sobre todo genera temor en los ciudadanos que ya no sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos.