La vida sigue, así andemos entre terribles secuestros, asesinatos viles y decapitados. Y precisamente porque hay que valorar la vida en todas sus expresiones hoy retomo el privilegio de poder compartir con mis lectores algunos provocadores de gozo y reflexión. Comencé el año con el regalo de una amiga querida, se llama Seda de Alessandro Baricco (Anagrama 2005), novela, breve, brevísima y, a pesar de ser un best seller en Italia, es literatura de una gran calidad. Amor atravesado por el misterio y la lejanía, amor unido por los hilos de la seda. No le sobra un renglón, el ritmo es maravilloso. La versión cinematográfica también es muy bella. Seda es ya un grato recuerdo.
El tema es muy socorrido, Lolita de Nabokov es el referente más usado. Pero hay otras obras, por ejemplo Auto de Fe, gran novela de Elías Canetti, en la cual Teresa, si no mal recuerdo, lleva a la autodestrucción del siempre serio filólogo, Professor Kien. Otro clásico en esa línea es El ángel azul de Heinrich Mann. Otro profesor de nombre Basura cae en las garras de Rosa Fröhlich. La versión cinematográfica es recordada por las infinitas piernas de Marlene Dietrich. Pero precisamente porque hay varios clásicos se podría pensar riesgoso incursionar en ese territorio. Antonio Skármeta, el novelista chileno que brincara a la fama por su obra El cartero y Pablo Neruda, tomó el reto. Las piernas doradas y atléticas de una tenista de 15 años son sólo la puerta de entrada a una trampa de la cual no podrá escapar el doctor Raymond Papst. El lector llorará de risa y de coraje. Perversión deliciosa que lleva por título Match Ball, La velocidad del amor (Galaxia Gutenberg).
Para quien ande en busca de una lectura más filosófica y provocadora, sugiero Una historia de la felicidad de Darrin M. McMahon (Taurus). Se trata de una investigación muy amplia de la evolución del concepto mismo de felicidad. Se inscribe en la larga lista de libros recientes que buscan explicaciones a la depresión y a la pérdida de sentido de las sociedades desarrolladas. Un testimonio desgarrador pero muy útil sobre ese grave problema –la depresión- que aqueja a un alto porcentaje de mexicanos es el libro de Ana Mari Gomís, Los demonios de la depresión, Cuadernos de Quirón. Increíble pero la autora logra sacarnos risas de lo que puede ser trágico si no se aborda profesionalmente. El Acantilado nos tiene acostumbrados a bellas y bien cuidadas ediciones. Desde hace algunos años ha tomado la sabia decisión de reeditar la obra de Stefan Zweig, el gran novelista, biógrafo y ensayista nacido en Viena y quien se quitara la vida junto con su esposa en Brasil. En la colección hay muchas joyas. Este año gocé enormemente la breve Biografía de Montaigne. Para los admiradores de Montaigne, (me declaro uno de ellos) es fantástico revivir al personaje. Para quien no conoce la apasionante vida del autor de los Ensayos es una bella introducción que puede devenir en pasión.
Otro querido amigo me regaló hace un par de semanas un texto con el cual nunca había topado y que lleva el enredado título de Prólogos con Prólogo de Prólogos (Alianza Editorial). El autor es nada menos que Jorge Luis Borges. Se trata de una recopilación de los prólogos que Borges fue regando en su vida sobre autores tan importantes como Cervantes o Walt Whitman. Está lleno de erudición que por momentos apabulla. Fernando Escalante Gonzalbo es una excelente cabeza que igual aborda problemas de la coyuntura, que de historia o casi lo que sea. Su más reciente entrega A la sombra de los libros (El Colegio de México) es una brillante radiografía del complejo mundo de los libros y su mercado. Gerardo Laveaga es un conocido jurista y estudioso de la literatura, además de apasionado observador del poder. En este año publicó un libro de muy breves viñetas biográficas, de Solón a David Ben-Gurión pasando por Alfonso X “El Sabio”, Richelieu, Meternich, Disraeli, Bismark, Churchill, Roosevelt o Juan XXIII. Pero la lista más importante es quizá la de los menos conocidos. Muy recomendable, se aprende. El título: Hombres de gobierno, (Aguilar).
Hace unos días cayeron en mis manos tres bellísimos libros de Ediciones Tecolote. Dos son para niños, uno nada menos que con un texto de Julio Cortazar, Discurso del oso, con ilustraciones de Emilio Urberuaga. Otro de Eduardo Galeano con ilustraciones de Antonio Santos, Historia de la resurrección del papagayo. El tercero es un acto de mínima justicia a Jaime Saldívar. Se trata de un artista que es recordado por haber sido director del Club de Industriales e iniciador de la colección de arte de esa institución. Pero con frecuencia se olvida su pintura. Antonio, su hermano, retomó un cuadro dedicado por Jaime a la Suave Patria, (título del libro) de López Velarde. Carlos Fuentes escribió un prólogo cariñoso y puntual. El texto es muy bello. Una rareza es el libro Oda a Eiffel (UNAM, Embajada de Francia) en donde se combinan los nombres de Salvador Elizondo, Roland Barthes, Carmen Parra y Pablo Ortiz Monasterio entre otros. Difícil describir la aventura visual de que se trata. El diseño es arriesgado y fantástico. Me queda poco espacio. Una introducción Seamus Heaney, el gran poeta irlandés, Al buen entendedor, prólogo y selección de textos de -¿quién más podría ser?- Pura López Colomé. Grandes temas contemporáneos en la colección Para Entender de Nostra Ediciones, por ejemplo La institución ciudadana, por Ricardo Rafael; El liberalismo, por Leonardo Curzio entre otros. Breves y bien hechos. La idea de Europa, FCE, Cenzontle, prologo de Vargas Llosa. Faltan música y videos pero ya me tengo que ir. Ojalá sea útil.