México debe establecer subsidios a los productores del campo e incluso reeditar el programa de tortibonos, ante la crisis alimentaria que se registra a nivel internacional, propuso el especialista en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Javier Cabrera Adame.
Señaló que la situación en el país es mucho más complicada, porque somos "absolutamente dependientes del exterior".
Para muestra, el académico de la máxima casa de estudios dijo que hoy en día México importa alrededor de 19 millones de toneladas de alimentos, cuando en 1995 sólo importaba nueve millones de toneladas.
Cabrera Adame señaló que esta crisis mundial se debe al incremento de necesidades de países como China e India, y al aumento excesivo en la demanda de granos en Estados Unidos para producir biocombustibles.
El problema, dijo, es que en México el fomento agrícola, lejos de ser una prioridad para los gobiernos, va a la baja.
Explicó que la caída del gasto para el campo en las últimas décadas pasó del 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto en 1980 a 0.6 por ciento en 2006.
En materia de crédito público, indicó, la situación es dramática, ya que mientras en 1995 se otorgó financiamiento por 15 mil 338 millones de pesos, en 2006 fue de 830 millones; apenas el 5.4 por ciento de los que se concedían 11 años atrás.
El economista de la UNAM afirmó que la crisis podría agudizarse, pues no es necesario que la población pelee por los productos, haya racionamientos o largas filas para comprarlos, "lo que sería dramático", sino basta con advertir el deterioro en los niveles de vida.
Es indispensable, opinó, no crear desabasto o alza de precios, porque empobrece a los sectores más vulnerables y genera inestabilidad social y política.
Es necesario revisar el modelo económico, que no ha sido exitoso en materia de crecimiento, combate a la pobreza, generación de empleos y freno a la migración, y revalorar la importancia estratégica del campo mexicano, concluyó.