Desde niño, Diego Luna supo que lo suyo era la actuación. (EFE)
Cuentan que cuando cursaba la primaria, Diego Luna en lugar de saludar a sus maestras, las detenía para invitarlas a bailar.
También dicen que aprendió a leer porque debía memorizar sus parlamentos para una obra de teatro donde, por cierto, hizo su primer desnudo. Claro, tenía unos seis años.
Sus amigos, como Jesús Ochoa, creen que tiene duende, alma, sangre liviana o como quiera llamársele. El hecho es que cuando se para en un escenario, algo tiene que hace al público fijarse en él.
Diego fue una persona continuamente mencionado esta semana. Su productora Canana, que fundó hace tres años con sus amigos Gael García Bernal y Pablo Cruz, tuvo una fiesta de aniversario.
Y el viernes fue nominado a los premios Goya en la categoría de Mejor Actor, por su trabajo en Sólo Quiero Caminar. Se medirá, entre otros, a Benicio del Toro quien hizo El Che.
El protagonista de Y tu Mamá También fue desde niño muy hiperactivo, por las mañanas se hacía él solo de desayunar y se iba a la escuela que estaba por Coyoacán.
Por las tardes, su padre, el escenógrafo Alejandro Luna, lo llevaba al teatro. Así fue como conoció a Antonio Serrano (Sexo, Pudor y Lágrimas), quien luego lo llamaría para un papel principal en la telenovela La Vida en el Espejo.
Pero antes de su paso por Televisión Azteca, Diego fue contratado por la producción de El Abuelo y Yo.
Después obtuvo su primer protagónico en Un Hilito de Sangre, de Erwin Neumaier, en donde todavía se le veía al actor como un niño gordito. El director le solicitó que bajara de peso y entonces tuvo que ir a correr a los Viveros, por un mes.
En los últimos tiempos ha producido la obra teatral Festen, creó el festival del documental Ambulante y acaba de ser papá. El viernes se estrenó Rudo y Cursi, donde actúa al lado de Gael.