El Papa Benedicto XVI (centro), acompañado del presidente de Estados Unidos, George W. Bush (derecha) y otros líderes católicos, saludan en base de la Fuerza Aérea Andrews, en Washington, EU. (EFE) Objetos conmemorativos relacionados con el Papa Benedicto XVI se observan en la tienda de regalos de la basílica de la Inmaculada Concepción en Washington, Estados Unidos. (EFE)
Benedicto XVI promete medidas para evitar pederastas en el sacerdocio.
El Papa Benedicto XVI llegó ayer a Washington para una visita de seis días a Estados Unidos con un mensaje de disculpas por los abusos sexuales contra menores perpetrados por algunos sacerdotes en este país, que ha calificado de “vergüenza”.
En su primer viaje papal por el país, Benedicto XVI saludó a cientos de personas mientras bajaba del avión de Alitalia que lo transportó desde Roma. El Pontífice saludó al presidente George W. Bush, la primera dama Laura Bush y Jenna, la hija de ambos, en la pista de aterrizaje mientras los estudiantes de una escuela católica cercana lo vitoreaban.
El Papa y el presidente se retiraron en una caravana de automóviles a los pocos minutos.
Mientras volaba hacia Estados Unidos, Benedicto XVI se refirió al asunto más doloroso para la Iglesia Católica en ese país: el abuso sexual cometido por el clero. La Iglesia de Estados Unidos ha pagado dos mil millones de dólares en procesos legales relacionados con abusos desde 1950, y la mayoría de esos pagos ha sido en los últimos seis años.
Benedicto XVI dijo sentirse “profundamente avergonzado” por el escándalo de abusos sexuales y se comprometió a trabajar para garantizar que no haya más sacerdotes pederastas.
El Pontífice respondió preguntas que le formularon por anticipado los reporteros que lo acompañaban en el vuelo mientras viajaba de Roma a Washington.
“Constituye un gran sufrimiento para la Iglesia en Estados Unidos, para la Iglesia en general y para mí personalmente que esto haya podido ocurrir”, dijo Benedicto XVI. “Me resulta difícil comprender cómo fue posible que sacerdotes traicionaran de tal manera su misión... ante estos niños”.
“Estoy profundamente avergonzado y haremos todo lo posible para que esto no vuelva a suceder”, afirmó el Papa.
El Pontífice prometió que los pederastas no serán ordenados sacerdotes en la Iglesia Católica.
“Decididamente excluiremos a los pederastas del ministerio sagrado”, dijo Benedicto XVI en inglés. “Es más importante tener buenos sacerdotes que muchos sacerdotes. Haremos todo lo posible por cicatrizar esta herida”.
La pederastia es “absolutamente incompatible con el sacerdocio”, aseguró Benedicto XVI.
El Vaticano invitó a los reporteros que viajan con el Pontífice a entregarle preguntas escritas. Los dignatarios de la Santa Sede seleccionaron cuatro de ellas para que los reporteros se las leyesen al Papa en el avión.
Por otro lado, Benedicto XVI dijo que su peregrinación es un encuentro con “un gran pueblo y una gran Iglesia”, y habló sobre el modelo estadounidense de valores religiosos dentro del sistema de separación de Iglesia y Estado.
El Papa dijo que debatirá con Bush la cuestión de la inmigración, incluyendo las dificultades de las familias separadas.
Aunque el Pontífice y Bush difieren en cuestiones como la guerra de Irak, la pena capital y el embargo estadounidense a Cuba, tienen puntos en común como la oposición al aborto, al matrimonio homosexual y la investigación de las células troncales.
La Casa Blanca tiene previsto también ofrecer una cena en honor del Pontífice, que cumple 81 años hoy miércoles y a la que están invitados líderes católicos. La estancia del Obispo de Roma en Washington se completa con una misa en un estadio de beisbol ante 45 mil personas, una reunión con representantes de otras confesiones y otra con personalidades del mundo universitario católico.
En Nueva York, el Papa visitará la sede de la ONU, ofrecerá otra misa y celebrará un encuentro con los jóvenes. También, entre otros actos, acudirá a la “Zona Cero”, donde tuvieron lugar los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La visita papal está rodeada de fuertes medidas de seguridad, que se complican por la necesidad de combinar su protección con las exigencias de acceso del público a los actos.
Además de la protección de los servicios secretos y de las unidades policiales de Washington y Nueva York, el Papa viaja con su propio equipo de seguridad del Vaticano.
Los feligreses interesados en adquirir un recuerdo de la visita que ayer comenzó en Estados Unidos el Papa Benedicto XVI lo tendrán difícil, dado que la Archidiócesis ha prohibido su venta en tiendas y puestos callejeros.
Los recuerdos de la visita papal sólo se podrán obtener en las tiendas de las iglesias y, por supuesto, en Internet.
En Washington, ninguna de las tiendas del emporio de los “souvenirs” en la calle Diez, ni los quioscos de recuerdos dispersos por la avenida de la Constitución o los alrededores de la Casa Blanca ofrecen camisetas, banderines o figuras alusivas a la visita papal.
La venta de esos recuerdos está controlada por la Archidiócesis de Washington, que deberá afrontar unos gastos de unos 3 millones de dólares como anfitriona del líder espiritual de los 72.7 millones de católicos de EU. Su abigarrada oferta de mercancías puede verse en un sitio de Internet (PopeVisit2008.com).
Susan Gibbs, portavoz de la Archidiócesis, explicó que las ventas de recuerdos “no serán una fuente principal de financiación de la visita papal: la mayor parte del dinero proviene de las donaciones”.
Pedirá Benedicto XVI a Bush justicia para inmigrantes
El Papa Benedicto XVI afirmó ayer que pedirá al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, comprometerse con el desarrollo de los pueblos latinoamericanos para otorgar justicia a los inmigrantes.
“He visto la profundidad del problema de la inmigración, sobre todo la división de las familias, esto es un peligro para el tejido social y para los valores humanos”, dijo.
“Sobre este punto deseo hablar con el presidente Bush, agregó, porque Estados Unidos debe ayudar al desarrollo de los pueblos, esto es en el interés de todos”.
Durante un encuentro con la prensa internacional a bordo del avión que lo trasladaba a Estados Unidos, el Pontífice respondió sobre los retos de la presencia hispana en ese país.
El jefe de la Iglesia Católica aseguró que conoce bien el problema migratorio y afirmó que la solución de fondo será que estas personas no salgan de su país.
“Debemos trabajar todos juntos con el objetivo de que el desarrollo social pueda ofrecer las posibilidades a los ciudadanos para obtener un trabajo digno”, ponderó.
Consideró que el problema primario y fundamental es ayudar a que los niños sean protegidos, además hacer todo lo posible contra la precariedad y la violencia para que los inmigrantes puedan tener una vida digna.