Esmeralda tuvo que vivir un via crucis desde San Pedro hasta Torreón para poder tener a su bebé.
Durante diez horas y sin dinero Esmeralda anduvo con la fuente rota de un hospital a otro buscando asistencia médica para tener a su bebé. Desde San Pedro tuvo que venir a Torreón para recibir ayuda en un hospital privado.
Por falta de dinero, una mujer embarazada estuvo a punto de perder a su bebé antes de nacer, ya que se le reventó la fuente y luego de peregrinar unas diez horas por varios hospitales de San Pedro, Coahuila, y esta ciudad porque no la quisieron atender, al final se apiadaron de ella en la Clínica de la Amistad y el niño pudo nacer.
Esmeralda González Palacios, de 29 años, no va a olvidar nunca lo que vivió para que su niño pudiera ver la luz. “Llegué a pensar que a mi niño lo perdería, pues ya al último no lo sentía moverse”, cuenta la mujer.
Poco antes de la una de la tarde del martes, Esmeralda, quien vive en la avenida Felipe Ángeles número 149 de la colonia Valparaíso, en San Pedro, fue a casa de su cuñada María de Jesús Tovar Torres y le dijo que se le había reventado la fuente y de inmediato acudieron al Hospital General de aquella ciudad, sin saber lo que les esperaba.
Luego de recibir un médico a la embarazada, la revisó y le dijo que el producto era prematuro y ahí no tenían incubadora para atender al pequeño. Le sugirió que se fueran a un hospital de Torreón.
Angustiadas, Esmeralda y su cuñada acudieron a la Cruz Roja para solicitar que una ambulancia las trasladara a Torreón, pero le informaron que tenía que pagar 800 pesos sólo por el traslado y como no tenían esa cantidad, les recomendaron acudir a los Bomberos, donde tienen una ambulancia y cobran menos.
Cuando llegaron las mujeres al Departamento de Bomberos, las atendieron y las subieron a la ambulancia pero a medio camino, antes de llegar a Francisco I. Madero, les ordenaron detenerse porque había sucedido un accidente y no podían pasar.
“Ahí estuvimos como una hora y Esmeralda se comenzó a sentir mal porque se estaba quedando sin líquido el niño y ya como a las cinco de la tarde pudimos pasar y llegamos al Hospital General de aquí de Torreón, pero una doctora no la quiso recibir”, cuenta María de Jesús.
Del Hospital General, las mujeres se trasladaron a bordo del vehículo de los bomberos hacia el Hospital Universitario, donde ingresaron pero luego que la vio el médico y la estuvo interrogando, les dijo que no podía recibirla ni atenderla.
Ante la insistencia del bombero, el médico del Hospital Universitario, molesto le contestó: “si quiere déjela afuera. No la vamos a recibir, pero ya es responsabilidad suya”.
Una trabajadora social del mismo Universitario habló vía telefónica a la Cruz Roja, donde también les negaron la atención y ya desesperados, con la noche encima, llegaron al Sanatorio Español, donde les dijeron que necesitaban depositar como mínimo diez mil pesos.
“Ya Esmeralda se sentía muy mal, se le había salido el líquido de la fuente, la presión le bajó y no sentía al niño. Una enfermera del Sanatorio Español nos recomendó llevarla a una clínica particular que está por la avenida Ocampo y rápido nos fuimos. Gracias a Dios nos recibió una doctora y todavía le preguntamos que si la iban a atender porque no lo creíamos.
“Como a las nueve de la noche la operaron y el niño nació bien. Esmeralda también ya está mejor y la van a dar de alta hoy (ayer) en la tarde”, dice María de Jesús.
Al esposo de Esmeralda también lo ha tratado mal la suerte. “Perdió su trabajo y dijo que se iba a Estados Unidos, pero lo engañaron los que lo iban a pasar al otro lado y lo dejaron abandonado en Tamaulipas. Regresó hace como tres semanas”, cuenta Esmeralda llorando.