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Llena tu casa de música digital

Un servidor de música digital te permitirá saltar rápidamente a cualquier canción de tu colección musical sin necesidad de estar buscando un álbum o cambiando de CD. (Archivo)

Un servidor de música digital te permitirá saltar rápidamente a cualquier canción de tu colección musical sin necesidad de estar buscando un álbum o cambiando de CD. (Archivo)

Agencia Reforma

Cuando quieres oír una canción en el equipo de sonido... ¿qué es lo primero que haces?

Si tu respuesta fue “ir a buscar el CD”, ya es hora de actualizarte y poner un servidor de música digital.

No es complicado: En resumen, es un disco duro que contiene todas tus canciones, acoplado a una conexión para que puedas escucharlas en un buen equipo de sonido.

¿Y cuál es la ventaja? El servidor te permitirá saltar rápidamente a cualquier canción de tu colección musical sin necesidad de estar buscando un álbum o cambiando de CD, y te permitirá hacer mixes que duren horas y horas, para que la música siga hasta que la fiesta termine, sin que nadie tenga que preocuparse de cambiar el disco.

Es por eso que el servidor musical es de particular interés de los audiófilos, los amantes de la música que tienen colecciones de miles de CDs: Si de repente tienen el antojo de escuchar Penny Lane, es muchísimo más fácil dar un click en vez de aventarse una expedición estilo Indiana Jones hacia las profundidades de su bóveda de discos. Y lo mejor es que puedes oír las canciones con la misma calidad que en un CD.

Eso sí, si te interesa la calidad de tu música, una buena opción es que desde que la extraigas del CD lo hagas en un buen formato. El MP3 es muy compacto, pero el sonido pierde calidad; una mejor opción para el audiófilo es usar el formato Apple Lossless, que te dará archivos más grandes, pero tendrá un sonido tan bueno como el del CD.

Pasar tu colección de CDs a uno de estos formatos es sencillo. En iTunes, entra al menú “Edit” y elige “Preferences”. En la parte superior de la pantalla verás a un botón llamado “Advanced” y, tras dar click en éste, verás una pestaña llamada “Importing”. Es dentro de esta pantalla que podrás elegir la opción “Apple Lossless”, para tener la certeza de que la copia sonará tan bien como el original. A partir de este momento, todos los CDs que extraigas pasarán a archivos Apple Lossless.

Si prefieres una alternativa de software libre, puedes descargar Exact Audio Copy de www.exactaudiocopy.de, que puede pasar tus CDs al formato FLAC, y que además puede corregir los errores en el CD si detecta que este tiene rayaduras u otras distorsiones.

¿Quieres tu propio servidor? No es difícil hacer uno a partir de tu iPod. Y si quieres algo más completo, el cielo es el límite.

FACILITO: CON TU IPOD

Quizá habrás notado que la descripción del servidor musical coincide en buena medida con la descripción de un iPod, o de cualquier reproductor de MP3. Todo lo que se necesita para convertir a uno de estos gadgets en un pequeño servidor es tener el cable adecuado: El que tiene una conexión para audífonos de un lado, y dos conectores RCA del otro. Cualquier estéreo decente tendrá una entrada para estos últimos, muy probablemente etiquetada como “Aux”.

En el lado negativo este “servidor” resulta un tanto limitado: Los discos duros de un dispositivo portátil no pueden guardar toda la colección de un melómano serio, y el espacio se hace todavía más limitado cuando se considera que pocos audiófilos están dispuestos a escuchar música en formatos comprimidos con pérdida.

Cabe aclarar que ninguna de estas limitantes es realmente culpa de la máquina, ya que los reproductores de MP3 portátiles están diseñados para cumplir otras misiones. Pero si no quieres invertir, es una buena primera opción.

Pero conectar el iPod al estéreo es sólo el primer paso. Si quieres mejorar tu experiencia, puedes conectarlo, por ejemplo, con un TuneStage, de Belkin, que consiste en un pequeño adaptador que se conecta al iPod y un receptor que va en el estéreo; lo que escuches en el iPod se transmite por Bluetooth hacia el equipo de sonido. Kensington ofrece su Entertainment Dock 500, que se conecta al estéreo y tiene su propio control remoto inalámbrico.

Y si quieres que tu iPod sea el corazón de tu sonido, puedes comprar un sistema iPort de Sonance, que tiene una base que puede empotrarse en la pared o colocarse sobre un mueble, donde colocas tu iPod, y que puede transmitir el sonido a cualquier parte de la casa por medio de cables Ethernet. Puedes manejarlo con un control remoto infrarrojo. El sistema más básico cuesta 400 dólares.

SIN MUCHO ROLLO

Con la computadora o Apple TV

Si necesitas más espacio para tu colección, pero no quieres meter una PC en tu sala, la siguiente opción es poner una laptop: Muchas de ellas tienen un diseño agradable, que puedes poner en tu sala sin arruinar la decoración. El espacio en disco de estas máquinas suele ser mayor que en el iPod, y tiene la ventaja de que siempre puedes complementarlo con un disco duro externo, ya sea que lo conectes por medio del USB o del Wi-Fi. Por ejemplo, el ASUS WL-700GE, además de actuar como ruteador inalámbrico te permitirá almacenar 250 gigas de música.

Otra ventaja de una computadora es que puedes obtener mejor sonido que el de cualquier iPod si le agregas una buena tarjeta de sonido; de preferencia una tarjeta externa para que su señal no reciba interferencia de parte de la computadora. La M-Audio Transit se conecta a tu máquina por USB y es una favorita de los audiófilos a causa de su “bajo” precio de 100 dólares (el equipo audiófilo de calidad suele costar algunos miles). La ESI Waveterminal U24 es otra opción relativamente económica, con algunas funciones adicionales como una mezcladora digital y conversión de frecuencia de muestreo. Su precio es de 300 dólares.

Si lo que quieres es aprovechar la computadora que ya tienes (sin ponerla en la sala), el Squeezebox Duet es una gran opción. Es un transmisor que se conecta a tu equipo de sonido con un cable coaxial, y por medio de WiFi con tu computadora. Puede accesar tus canciones y reproducirlas de manera remota, y cuenta con un control remoto dedicado, con pantalla a color, que facilita navegar por tu colección. Mejor aún, puedes accesar miles de estaciones de radio por Internet aún cuando la computadora esté apagada.

Y si quieres un equipo dedicado, con mil dólares puedes hacerte del equipo básico de Sonos. Se trata de un reproductor que se conecta a tu Red y accesa a toda la música que tengas en el disco duro, misma que puede transmitir de manera inalámbrica a otros equipos de Sonos en toda la casa. Los equipos que ofrece son el ZP80, de 350 dólares, que se conecta a un estéreo para aprovechar el amplificador y las bocinas, y el ZP100, de 500 dólares, que sólo necesita bocinas. El control remoto, con pantalla de 3.5 pulgadas, cuesta 400 dólares y te permite controlar todos los equipos a la vez desde cualquier lugar de la casa. Su problema es que no maneja formatos lossless.

Por otra parte, hay muchas funciones de tu laptop que salen sobrando en un servidor musical. Si quieres algo más compacto y con funcionalidades más específicas, puedes recurrir a dispositivos como el Apple TV. Como su nombre lo indica, este gadget fue diseñado para video, pero sus características lo hacen también adecuado para el manejo de música: Tiene hasta 160 GB de espacio en disco, se sincroniza vía Wi-Fi con tu colección de iTunes, y tiene un control remoto para que puedas cambiar la canción desde el otro lado de la sala. En el lado malo, tendrás que ponerle un monitor o encender la tele cuando quieras usarlo, pues no tiene pantalla propia para que lo manejes.

Dedica un servidor sólo para tu equipo de sonido

Si eres un verdadero audiófilo y la música es lo más importante, entonces la mejor opción es contar con un servidor dedicado exclusivamente a transmitir tus rolas a tu equipo de sonido.

Una opción sería adaptar una computadora y dedicarla a tu música. No tiene que tener un gran procesador, ni mucha memoria, pero sí uno o más discos duros lo más grandes posibles, y una conexión WiFi. La idea es que este equipo esté en una habitación alejada del lugar donde escucharás música, pues sus discos duros y ventilados son demasiado ruidosos... Tal vez no te lo parezcan, pero te lo parecerán cuando comiencen a interferir con las sutilezas de los 24 Caprichos de Paganini.

Para agravar la situación, el servidor de un audiófilo tendrá a todos los discos duros duplicados. De esa forma, una falla en disco duro se convierte sólo en una molestia, y no en la trágica pérdida de toda una colección.

Así, lo ideal es que el servidor de música esté escondida en un sótano o en el cuarto más remoto posible, mientras que junto al estéreo encontrarás a una segunda computadora, compacta, elegante y silenciosa, que recibirá por medio de Wi-Fi a las canciones que están almacenadas en la primera. Afortunadamente esta segunda computadora no necesita ni mucho disco duro ni mucho poder, así que puedes recurrir a una ultracompacta como la Mini-note de HP, la EEE de Asus, o la eBox de DMP, que no sólo son pequeñas, sino silenciosas.

O, para complicarte menos todavía, puedes usar un Airport Express de Apple, que recibe por Wi-Fi cualquier cosa que tu iTunes le envíe, y lo manda directamente a tus bocinas. Incluso cuenta con una salida óptica, para mayor calidad de sonido.

¿Demasiado trabajo? Si no quieres batallar, puedes adquirir un servidor de música dedicado. Un ejemplo es el Yamaha MCX-2000, que puede extraer la música de tus CDs o de tu computadora y almacenar hasta 200 horas de audio con calidad de CD (u 83 horas de MP3). Puede transmitirla hasta a 15 dispositivos, de los cuales 5 pueden ser inalámbricos. Para recibirla, necesitarás un receptor especial, que tiene su propia interfaz y se conecta a tu equipo de sonido o directamente a las bocinas. El servidor cuesta alrededor de 2 mil dólares, y cada receptor inalámbrico cuesta 600 dólares.

Otra opción es el Opus No.4, de Olive, que tiene capacidad para 115 CDs sin compresión (o casi 3 mil en MP3), se conecta a tu Red WiFi y puede transmitir a 15 distintos equipos de sonido, a los que necesitas conectar un receptor Melody No.2, que cuenta con su propia interfase. El Opus tiene pantalla sensible al tacto, e incluye el servicio de precarga de hasta 100 CDs -es decir, si compras uno, puedes enviar hasta 100 de tus discos a la empresa, y te los devolverán junto a tu nuevo dispositivo que ya tendrá la música en el disco duro. El Opus cuesta mil 500 dólares, y cada Melody cuesta 600 dólares.

Y una última recomendación: No conectes todo el equipo a cualquier par de bocinas. Recuerda que todo el trabajo requerido para disfrutar de tu música no termina hasta que ésta llega a tus oídos.

Para oídos sofisticados

*ALTÍSIMA: WAV: Un archivo WAV es una copia bit por bit de la canción como viene en el CD. No pierde nada de calidad, pero el archivo resultante no es muy práctico: Unos 10 MB por minuto de música. (Es decir, de 30 a 40 megas en una canción estándar).

*ALTA: Lossless: Los formatos “lossless” o “sin pérdidas” usan algoritmos que compactan la música, pero sin perder calidad. En general, los archivos utilizan entre 4 y 6 MB por minuto —o sea, de 16 a 24 megas en una canción típica. El más popular es Apple Lossless, principalmente porque es soportado por iTunes.

*MEDIA: MP3 o AAC: Los formatos más populares debido a su alta compresión; un MP3 o AAC típico utiliza alrededor de 1 MB por minuto de música, así que una canción “pesa” de 3 a 4 megabytes. Pero la compresión viene con un precio, pues la música pierde calidad, y si eres un audiófilo, definitivamente no será una opción.

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