Agentes de la Procuraduría Estatal investigan el caso de una osamenta que fue desenterrada y tirada a un costado de la carretera.
Todo un misterio envuelve el hallazgo que se suscitó ayer por la mañana a un costado de la carretera que conduce de Durango a Parral, justo a la altura del kilómetro 11, y es que trabajadores que realizan acciones de reconstrucción de la vialidad encontraron una bolsa negra que contenía los restos de una persona que de acuerdo a los primeros estudios pudo haber muerto hace 12 meses; la Procuraduría General de Justicia del Estado informó que se presume que la persona a la que pertenecía la osamenta fue desenterrada de otro lugar y arrojada en el sitio mencionado.
Agentes de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) se dan a la tarea de indagar sobre la identidad y la procedencia de los restos humanos que fueron encontrados ayer a 11 kilómetros de la mancha urbana de la ciudad capital y aunque hasta el momento no se saben las causas de la muerte se presume que fue un homicidio.
FUE SORPRENDENTE
El hallazgo se realizó a las 10:30 de la mañana cuando los trabajadores que laboran cerca del lugar se percataron de que había una bolsa negra tirada a un costado de la carretera y desprendía un fuerte olor y tras acercarse para ver de qué se trataba se llevaron la desagradable sorpresa al darse cuenta que era una osamenta humana.
Los elementos de la DEI informaron que al parecer los restos humanos estaban enterrados en algún lugar y alguien los exhumó y los tiró en el sitio mencionado, descartándose la posibilidad de que haya sido embolsado desde el momento del asesinato, ya que las bolsas están nuevas.
Personal del Servicio Médico Forense (Semefo) y de la Dirección de Servicios Periciales están realizando los estudios necesarios para analizar genéticamente el cuerpo y comparar las muestras con familiares de personas que han desaparecido para ver si se puede identificar el cadáver.