Seis metros de alto y diez de ancho medían los animales.
Un verdadero espectáculo que divirtió de la misma manera a niños y adultos, resultó la presentación de la compañía española de Teatro Sarruga. Miles de espectadores corrieron a lo largo del Parque la Esperanza “antigua Jabonera”, mientras eran perseguidos por gigantescos insectos que cambiaban de color y arrojaban humo.
Sorprendidos, los pequeños asistentes reían y gritaban de alegría con las repentinas apariciones que hacían un par de simpáticas hormigas de más de 6 metros de altura, que caminaban y bailaban de una manera curiosa entre los laguneros que animaban con porras a las enormes marionetas. Padres de familia, grupos de amigos y muchos niños disfrutaron un espectáculo que por instantes los hizo ingresar en un mundo mágico.
Como salida de una película, una gigantesca araña se pavoneó entre los espectadores del Parque la Esperanza; como si se tratara de verdaderos insectos gigantes, las patas del animal bailaban al ritmo de la música tecno industrial que hizo interactuar a los chiquillos; una libélula luminosa sobrevolada las cabezas de los laguneros que gritaban advirtiendo al volátil insecto para que no fuera la cena de la araña que corría detrás de ella.
La sordidez del lugar fue el cómplice perfecto que creó un ambiente de película de los 80. Sonrientes, los integrantes de la compañía manejaban pequeños vehículos que articulaban a las enormes esculturas que cobraban vida. Los juegos artificiales fueron parte de lo que le integró al espectáculo un verdadero ambiente de fiesta.
A lo largo de una hora, gritos, chiflidos y aplausos irrumpieron la noche en uno de los foros más importantes en esta versión del Revueltas: una araña gigante, tres hormigas, una libélula, un mantis y una enorme planta carnívora se robaron la atención de grandes y chicos, que incluso después de que apagaron las luces y terminó el espectáculo, duraron mucho tiempo observando el trabajo de los españoles en las 8 esculturas mecanizadas que hicieron parte de un show novedoso y atractivo.
Fantasía, magia, color, música y movimiento, confirmaron por qué la original propuesta de la compañía española se ha ganado un espacio en el teatro callejero internacional.
Con un buen sabor de boca se despidieron los laguneros de las enormes marionetas, algunas de más de 6 metros de altura por 10 de ancho, y con un gran apego a la realidad, que lejos de asustar a los pequeños, los invitaron a reír y aplaudir.