Tanto los hombres como las mujeres que se casaron entre 1996 y 2005 hacían más labores domésticas que quienes seguían solteros.
Los casados realizan cerca de una hora menos de trabajos domésticos a la semana que los solteros, tareas que recaen sobre sus esposas después de dar el "sí quiero", según una investigación de la Universidad de Michigan.
El informe del Panel de Estudio de Dinámicas de Ingreso que elabora desde 1968 el Instituto de Investigación Social (ISR) de esa Universidad, demuestra que las mujeres continúan acarreando el peso de la casa, a pesar de que los hombres cada vez participan más.
El tiempo que emplean las mujeres a labores domésticas disminuyó considerablemente en EU. desde 1976 a 2005, año de medición de los últimos datos, en tanto que la dedicación masculina aumentó.
En 1976 las mujeres dedicaban un promedio de 26 horas semanales a las tareas de casa por seis de los hombres, mientras que hace dos años el concepto de ama de casa quedaba más difuminado.
En 2005, las horas que pasaban las mujeres en trabajos del hogar se rebajaron hasta 17, y la implicación de los hombres creció más del doble, de 6 pasó a 13 horas, aunque la diferencia entre sexos aún es notable.
El camino hacia un reparto de tareas domésticas más equitativo está llegando con las nuevas generaciones.
Tanto los hombres como las mujeres que se casaron entre 1996 y 2005 hacían más labores domésticas que quienes seguían solteros.
A pesar del cambio en la tendencia el economista del ISR Frank Stafford señaló que aún existe desigualdad.
En 2005, las mujeres casadas y que tenían más de tres hijos dedicaban un promedio de unas 28 horas semanales a las labores domésticas.
Los hombres, casados y con más de tres hijos, realizaban por contra un promedio de apenas 10 horas a la semana de tareas del hogar.
En 2005, las jóvenes solteras entre 20 y 30 años dedicaban 12 horas cada siete días a cuidar de la casa, casi la mitad de las que empleaban las mujeres de entre 60 y 70 años: 21 horas semanales.
El estudio del ISR de la Universidad de Michigan excluyó del concepto tareas domésticas en su investigación labores como jardinería, reparaciones en el hogar y el lavado del coche.