Cientos de niños desde tres hasta 14 años de edad acudieron a la tradicional Chiquipascua.
Cada año cientos de niños asisten a la Chiquipascua, organizada por el padre Víctor Manuel Solís desde hace varios años. Héctor Hernández Orrante, coordinador del evento, asegura que este año se tuvo la participación de 390 niños de entre tres y 14 años de edad. La Chiquipascua se organiza “con el fin de que los niños vivan a su manera la Pascua del Señor y comprendan que lo que Jesús hizo, fue por amor”.
Actividades
El programa se divide en tres días. El Jueves Santo se recuerda la última cena y la aprehensión de Jesús. El Viernes se conmemora la crucifixión del Señor y se vive un ambiente tranquilo y de tristeza entre los niños, debido al luto que esto representa. Sin embargo, el domingo de Pascua es un día de fiesta por la resurrección de Jesús.
Durante la Chiquipascua se organizaron cinco talleres para los pequeños: Cine, canto, cuenta cuentos, títeres y dibujo. A través de estas actividades, los servidores les trasmitieron a los niños el mensaje que correspondía a cada día, de acuerdo con lo que dictan las Escrituras.
Eduardo Betancourt es uno de los auxiliares del taller de títeres y su entusiasmo sin duda contagia a los chiquitines. Afirma que este taller fue dirigido especialmente para los niños de tres a ocho años, ya que son a los que más le llama la atención. El Taller de Cine fue creado para los grandes, de nueve a 14 años. A través de tres películas de dibujos animados, trasmitieron el mensaje de Semana Santa.
Héctor Hernández asegura que a pesar de que no se le da mucha difusión a la Chiquipascua en los medios este año tuvieron 70 niños más que el año pasado, y es que “lo más importante son los valores que aquí les ilustramos a los niños: El trabajo en equipo, unidad, trabajo, solidaridad, y más importante aún es enseñarles que no deben estar tristes en Semana Santa, sino felices por que Jesús vive y los ama”.
Mensaje
Ayer finalizó la Chiquipascua con la Marcha de la Alegría, jornada que emprendieron los pequeños desde la sede del evento, la Escuela Primaria Lorenzo Rojas, hasta el Templo de Santa Ana, donde recibieron un mensaje y una felicitación del padre Víctor Manuel Solís. Al sonido de las maracas que hicieron con sus propias manos. Los pequeñines desbordaban alegría y desde el más pequeño hasta el más grande sabían que el Señor resucitó y coincidieron en algo: “Jesús murió por amor y ahora vive para darnos amor”.