EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Los estorbos a la Modernidad

EL COMENTARIO DE HOY

Francisco Amparán

Comentábamos ayer dos ejemplos de cómo muchos maestros dejan de cumplir su labor fundamental, que es la de educar a la juventud para que ésta cree un México mejor. Por un lado, las autoridades de una escuela promueven la costumbre de estorbar al prójimo y dañar intereses (y vehículos) ajenos, en lugar de educar a los muchachos para que usen un puente peatonal; por otro, los maestros del estado de Morelos insisten en preservar un privilegio feudal, el de heredar o vender sus plazas, alegando que es una “conquista sindical”. Y para ello dejan sin clases a miles de alumnos.

Ésos son sólo dos botones de muestra. Si le buscamos, podríamos montar toda una mercería. Y es que el gremio magisterial se ha caracterizado, desde hace un buen rato, por aumentar la lista de barbaridades que retrasan y paralizan el avance de la calidad educativa en nuestro país. La resistencia en muchos sectores magisteriales a ser evaluados en su desempeño, no es otra cosa que el reconocimiento de su ineptitud, de que llevan años y años dejando de cumplir con su misión.

Lo más impresionante es que el magisterio debería ser uno de los bastiones de la Modernidad. En muchos países, los maestros son la vanguardia pensante de sociedades con escasa educación. Aquí lo que hallamos es un bajísimo nivel intelectual, una enorme resistencia al cambio y la lucha por preservar usos y costumbres que en otros lugares del mundo moverían a risa.

En teoría, los maestros deberían ser no sólo correas de transmisión del conocimiento, sino también impulsores de los mejores valores humanos. Pero, ¿cómo pueden estimular la curiosidad científica o el deseo de aprender, si ellos mismos no leen un libro, pero ni de faul? No es prejuicio: eso indican encuestas especializadas. Según esos instrumentos estadísticos, la biblioteca personal de muchos maestros consta de menos de diez libros. ¿Y con esos ejemplos queremos hacer de México un país de lectores? ¿Recibiendo la educación de esos maestros queremos que nuestros niños se zafen de la esclavitud estupidizante de la televisión?

Un sector social que debería promover la Modernidad se está convirtiendo en uno de sus principales estorbos. Preservando y fosilizando prácticas y creencias que ya no tienen cabida en el Siglo XXI, lo único que hacen es retrasar el avance del país. Educando a los niños en la estrechez de miras, en el no voltear a ver el mundo para adaptar lo que ha funcionado, están condenándolos a quedarse atrás en relación con el resto del globo.

Y por eso el resto del globo nos seguirá pasando por encima. Porque el sector que debería ser el modernizador, se deja llevar por anacrónicos usos y costumbres… en los que fue educado por el viejo sistema priista.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 379611

elsiglo.mx