Durango

Los hilos inolvidables de La Providencia

Solamente ruinas quedan de la fábrica La Providencia, ubicada en El Pueblito, anexo del ejido El Tunal.

Solamente ruinas quedan de la fábrica La Providencia, ubicada en El Pueblito, anexo del ejido El Tunal.

El Pueblito, otrora paseo predilecto de los duranguenses, sobrevive a la vista de un ex textilero

EL SIGLO DE DURANGO

EL PUEBLITO, DGO.- Arrugas que deforman su cara... piel que ha sido tostada por el sol durante más de 60 años. Francisco Ruiz Valenzuela, con toda lucidez, recuerda los buenos tiempos, cuando este lugar era de los paseos predilectos de los duranguenses y cuando el empleo estaba en su apogeo.

Una camisa desgastada, negra y a cuadros, y pantalones de mezclilla que cargan la mugre de los desechos alimenticios que recoge conforman la vestimenta de Francisco, quien trabajó en la fábrica de hilos más importante del norte del país, a mediados del siglo pasado.

La Providencia era el nombre de la fábrica que ofrecía empleo en tres turnos dada la demanda en el mercado del productro de calidad aquí elaborado.

Ahora solamente quedan los recuerdos, pues el lugar hoy ocupa las instalaciones de un centro de eventos sociales.

BENEFICIO LABORAL

“Yo trabajaba -recuerda con cierta nostalgia Francisco- desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde. Llegábamos un grupo de personas, cerca de 120... creo”.

Es decir que diariamente esta factoría ocupaba un total de 360 padres de familia; entonces las personas de esta región de El Tunal no tenían necesidad de emigrar a otras ciudades del país y el extranjero. Todos los habitantes del lugar eran beneficiados con aquella fábrica.

A la vez, El Pueblito recibía decenas de familias en las margenes del río Tunal; en estas fechas se llenaba de gente, había mucho turismo y eso impactaba de manera positiva en la economía del lugar, acotó con una expresión de satisfacción y orgullo.

NATURALEZA DURANGUENSE

Retomando el tema de la fábrica, señala Francisco: “Sus productos eran de la más alta calidad, la lona era de lo mejor, ésta era llevada a la ciudad de México para luego exportarla. Sucedía lo mismo con ‘el hilo de tomate’ y los sacos para la pizca de algodón, que se llevaban a Veracruz y otros estados productores”.

Todos los productos se comercializaban en el extranjero hasta que la empresa quebró a mediados de la década de los ochenta.

“Para ese entonces yo me fui a otro estado, decepcionado”, indicó Ruiz Valenzuela.

SOBREVIVENCIA

En las ruinas de la construcción aún permanece en pie la chimenea de la caldera, y en la parte superior de ésta se observa una inscripción en la que se lee 1886.

Ahora, Francisco sólo vive de la producción de marranos que alimenta de los desperdicios que un restaurante le proporciona.

Añoranza

La Providencia fue una fuente de empleo importante, y a finales del siglo XIX la fábrica más importante del Norte del país.

-La Providencia a más de 20 años de haber terminado sus relaciones labores.

-En su apogeo, la fábrica de hilados daba empleo a 360 padres de familia.

-Elaboraban lonas y bolsas de la más alta calidad.

- El declive de la fábrica coincide con el turismo en El Pueblito.

-Las instalaciones de La Providencia son ahora un centro social.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

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