SIN LUGAR A DUDA este año 2008 ha traído más agua que muchos años anteriores. Villahermosa, la capital tabasqueña, se encuentra totalmente inundada, lo que originó miles de personas damnificadas. En Veracruz las cosas no han sido menos. Cientos de miles de jarochos se encuentran en medio del agua perdiendo sus bienes y sus cosechas. En muchos puntos de nuestro país son muchas las poblaciones que se encuentran bajo las aguas.
ESTO ES ENTENDIBLE toda vez que los fenómenos meteorológicos no pueden ser previstos por el hombre. Se aparecen e imponen su dominio sobre nosotros de manera violenta, imprevista, sin previo aviso. Son fuerzas que no están bajo nuestro control; lo que sí puede estar bajo nuestro control es prever las consecuencias y daños que esos meteoros puedan causar a la población y en sus bienes patrimoniales.
SI HEMOS DE SER SINCEROS pocos ríos en México han sido tan estudiados, conocidos y observados como el Río Nazas. Tenemos registros de sus avenidas desde hace más de ciento cincuenta años. Nuestros viejos agricultores sabían de su Río y de sus volúmenes con gran certeza. Ellos conocían por dónde rodaban sus aguas, por qué parajes pasaban, a qué velocidad corría su agua y cuáles eran sus rutas de destino y desagüe final.
PERO LAS COSAS han cambiado. Ahora estamos en manos de una serie de funcionarios federales notoriamente ineptos y además ignorantes de lo que es nuestro Río Nazas. Ya en esta columna habíamos comentado que los señores de Conagua no sabían cuál era el número de norias existentes en la región ni cuáles tenían o no medidor para el control del consumo de agua.
SI LOS SEÑORES DE CONAGUA no saben ni el número de norias existentes, mucho menos podrán saber del manejar y cuidado de un río del tamaño del Nazas. Nuestro Río ha sido objeto de una serie de manipulaciones por parte de todos, que ya nadie sabe en dónde quedó realmente su lecho. Cualquier persona pudo y ha podido hacer bordos de contención, control o dirección de las aguas del Nazas sin dar cuenta a nadie. Si a todo esto le agregamos las toneladas de basura y de desperdicios que todos tiran en su lecho vacío no deberán extrañarnos sus modificaciones.
EL DESORDEN por la construcción de obras ilegales y no autorizadas por la irresponsabilidad de Conagua, ha venido a crear una amplia zona de peligro para los habitantes de esta Comarca, sus intereses agrícolas y ganaderos.
NUESTRAS INUNDACIONES de poblados y áreas agrícolas son muy diferentes a las sufridas por los tabasqueños, veracruzanos o chiapanecos. Nosotros hemos venido contemplando pasmados una inundación silenciosa, lenta, sorda, sin cielos lluviosos y sin tormentas. A pleno sol sin una sola nube a la vista, los laguneros vemos cómo el agua del Río avanza destruyendo a su paso lo que encuentra.
ANTE ESTE PROBLEMA, hubo de visitarnos el señor José Luis Luege Tamargo, director nacional de Conagua, para enterarse de manera directa del tamaño de los daños materiales y de la serie de irregularidades, bordos y desvíos del lecho que los particulares hicieron sin planeación alguna, a su pleno gusto y sin la autorización de su dependencia.
UN FILÓSOFO GRIEGO sentenció hace más de dos mil quinientos años: “Para dominar a la naturaleza hay que obedecerla”: pero esto sería realmente mucho para estos nuevos funcionarios que ocupan responsabilidades de las que no saben nada en absoluto.
DICEN LOS QUE SABEN, que estábamos mejor cuando estábamos peor, y es cierto. Bástenos recordar a aquellos funcionarios técnicos e hidráulicos como el ingeniero Hernández Terán, secretario de Recursos Hidráulicos cuando la avenida de 1968, o de un Ortega Cantero, gerente del Distrito de Riego en La Laguna, quienes manejaron con acierto y talento las aguas del Nazas que pusieron en peligro las vidas y patrimonios de los laguneros en aquel año.
ESE TIPO DE FUNCIONARIOS ya no lo tenemos. Para compararlos bastaría leer las declaraciones de Luege Tamargo, quien sin vergüenza alguna declaró: “Que en cuanto a obstrucciones la situación queda igual. Que las obstrucciones representan un gran dique para que el agua del río pase libremente, pero sobre todo un gran peligro, porque de desbordarse el agua, el riesgo de inundaciones para varias comunidades cercanas sigue latente”.
EL SEÑOR CONFESÓ paladinamente que las obstrucciones han sido la causa de la mayoría de los daños. Pero lo que no dijo, es que todas esas obstrucciones y manoseos de lecho y riberas del río, se hicieron en sus narices y sin la autorización de su dependencia.
EN EL SURESTE se están inundando por las torrenciales lluvias y los tornados. En la Comarca Lagunera nos estamos inundando por la incapacidad de las autoridades federales, ésa es la gran diferencia.
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