Es una cuestión histórica, en Gómez Palacio las cosas son distintas, todo allá es diferente, las cosas son de manera particular.
Durante décadas se ha repetido hasta el cansancio que las tres ciudades metropolitanas, más los municipios como San Pedro, Francisco I. Madero, Matamoros por el lado coahuilense, y Mapimí, Cuencamé, Bermejillo y San Juan de Guadalupe por Durango (acepto que quizá se me escape alguno), comparten territorio y costumbres, lo que los constituye como una verdadera Comarca identificada en sus valores, y juntos construyen una gran zona de desarrollo. La realidad es que esto es una verdad a medias.
Existen razones no claras por las que las cosas suceden de manera muy distinta en ambos lados del Nazas. Sin pretender menospreciar ni mucho menos, la Comarca Lagunera de Durango está lejos de la de Coahuila. En plata, Torreón es una ciudad mucho más avanzada que Gómez Palacio y Lerdo. ¿Por qué es esto? No es para nada sencillo de explicar, y sería un gran yerro reducir la explicación de las diferencias existentes entre las ciudades si se abunda solamente en la parte económica.
Es muy claro que el sector terciario de la economía tiene un auge mucho más dinámico en Torreón que en sus vecinos, pero ello no significa que los torreonenses sean diferentes a los gomezpalatinos, simplemente que la región identifica que existe un mercado de mayor tamaño en el bulevar Independencia, a la sazón la rúa comercial de mayor desarrollo en los últimos años, que lo que un comerciante pueda pretender obtener haciendo inversiones similares en el bulevar Miguel Alemán. Los zapateros de la avenida Hidalgo en Torreón tienen mucho mayores transferencias que las que se pueden tener en la Victoria.
En cuestión educativa la cosa va por este estilo: las grandes universidades privadas como el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Iberoamericana, la Universidad del Valle de México, la Universidad Autónoma de La Laguna, decidieron establecer sus planteles en Torreón, sólo la Universidad La Salle se estableció en Gómez Palacio. En cuestión de universidades públicas, es obvio que se ubican territorialmente donde pertenecen sus gobiernos.
Vale decir que un importante sector industrial se encuentra en el Parque Industrial Lagunero, aunque los propietarios de las empresas vivan en cualquier sitio de la zona metropolitana.
¿Cuál es la razón de todo esto? Es difícil establecerla, sin embargo es una realidad que en Gómez Palacio, y por favor no se diga en Lerdo, las cosas son más atrasadas.
Todo ello viene a cuento por la información destapada esta semana acerca de la desfachatez de los regidores del ayuntamiento de Gómez Palacio, que sencillamente no trabajan, o lo hacen muy poco. Las comisiones que por ley deben sesionar, simplemente a lo más que han llegado es a reunirse en una sola ocasión, mientras en otras tantas simplemente no se han constituido.
Poca vergüenza deberían tener los señores regidores por semejante acto. Todavía en México, y por supuesto, en La Laguna, existe el valor general cultural de que trabajar en el Gobierno en puestos de elección popular, que no sean ejecutivos –el cabildo, excepto el alcalde y secretario- tienen poca chamba en realidad, así igual los diputados locales y federales, como también los senadores, excepto aquellos legisladores que usan su curul como trampolín a un puesto en el ejecutivo.
Sin embargo, otra vez vale la odiosa comparación entre los gobiernos municipales de Torreón y Gómez Palacio, ¿por qué los regidores de Torreón, de todos los partidos representados, observan de mejor manera sus obligaciones que lo que hacen sus pares de la Administración presidida por Ricardo Rebollo? La razón, sin duda, es cultural. Particularmente existen dos datos duros para reafirmarla. En Torreón existe una cultura democrática más desarrollada que en Gómez Palacio, así desde hace doce años, a nivel municipal se ha vivido la alternancia, cosa que en la casa de los hoy regidores holgazanes, no. El segundo punto es el índice de lectoría. La circulación de los productos editoriales de cualquier especie no tiene relación alguna en consumo per cápita si se compara La Laguna de Coahuila a la de Durango.
Así también lo es la prensa regional, que enfoca sus baterías a la cobertura puntual del desempeño de Torreón, que tiene 550 mil habitantes aproximadamente y un presupuesto de alrededor de mil cien millones de pesos, mientras que la Administración local de Gómez Palacio trabaja para cerca de trescientos setenta mil ciudadanos y un presupuesto de 800 millones de pesos, que poco son escrutados y por lo tanto históricamente han tenido un manejo mucho más discrecional; hay que observar los servicios de ambas ciudades para plantearse, sin pretender por mucho decir que Torreón es el ejemplo de la buena aplicación de recursos, pero es cosa de comparar para sacar conclusiones a priori.
Difícil reto tiene Ricardo Rebollo, alcalde de la industriosa ciudad de los regidores flojos, transformarlo todo en tres años no es empresa fácil, quizá sea imposible, pero por lo menos podría forzar a su secretario del ayuntamiento a ser más puntual en lo que al trabajo de su cabildo se refiere.
Fe de erratas
La semana pasada, en la publicación del artículo intitulado: Regando con Caca, se señalaban colonias del Norte de Torreón que sus aguas negras son vertidas al lecho seco del Nazas, entre ellas, señalé a Las Villas. Don Jesús Villarreal me ha hecho la corrección al señalar que Las Villas cuenta con su propia planta de tratamiento, por lo que obviamente sus aguas negras no van al río. Ofrezco una disculpa por la imprecisión.
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