EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Los viajes de Marco Polo

Gilberto Serna

El viajar en estos días, por el interior del país, se ha vuelto cotidiano, por placer o por trabajo. Algunos que viajan en autobús, con rumbo a ciudades de la Unión Americana, se encuentran con que los espacios entre asientos es verdaderamente agobiante, dado que las piernas quedan trabadas como si se tratara de un cepo del santo oficio sujetándolas fuertemente dirigidas a atormentar, en este caso, al usuario que llega molido, sin aliento a su destino, esto es, cuando logra llegar. Si no me cree, esto último, bastaría leer las notas de los medios que dan cuenta con los accidentes que ocurren con frecuencia. En los últimos casos de que se ocupó prolijamente la prensa nacional uno se quedó aparentemente sin frenos y al otro se le ponchó un neumático, yéndose ambos al fondo de barrancos, saltando literalmente al vacío para caer aparatosamente en una pendiente por la que fueron dejando una estela de muertos y heridos.

Desde luego, estoy en condiciones de asegurar que ninguno de los conductores se quedó dormido, encontrándose cansado por doblar turno. El decir lo contrario, sin pruebas, me parecería una imputación bastante temeraria. ¿O usted es de los que ponen en duda lo que dicen las autoridades que dictaminaron el caso? Miles de unidades motorizadas se desplazan día y noche por todos los rumbos del país, en los aeropuertos día tras día las aeronaves transportan usuarios de un lado para otro del territorio nacional y lujosos como placenteros barcos, surtos en los numerosos puertos marítimos, llevan y traen turistas con gran confort. Lo reprobable es que una línea de autobuses que opera en nuestra ciudad comercializa su concesión con actitudes francamente segregacionistas. Niega que haya cupo si el solicitante no es gente bonita.

El pasado fin de semana, me trasladé a la frontera con Estados Unidos utilizando lo que la voz popular ha dado en llamar el Jet de la Pradera. Allá bajamos de la unidad para revisión. Aun pensaba que cada guardia aduanal acercaría sujeto con una trailla un enorme perro que nos olisquearía, obligándonos a descalzarnos, que seríamos desposeídos de frascos sospechosos, que los uniformados mirarían con desprecio nuestro pasaporte, que seríamos tratados como terroristas en potencia, nada de eso sucedió. De aquí para allá los aduaneros americanos y de vuelta igual el comportamiento de los vistas mexicanos, fue excelente. Nos trataron con cortesía. Sin embargo, hubo un suceso que nos dejó con la boca abierta. El autobús en que llegamos hasta ahí fue objeto de una revisión exhaustiva; en cambio otro autobús circuló, proveniente también de nuestro país, ya en suelo americano, sin ser inspeccionado. El chofer de nuestro autobús comentó que la otra línea les daba una iguala a los vistas. Debo decir enfático que no lo creo. Aunque nos tocó ver cómo, sin descender el pasaje ni esculcar en sus maletas, se le dio vía libre hacia suelo americano.

Me sentí como el más famoso de los trotamundos, Marco Polo, (1254-1324) que permaneció en Mongolia 17 años como emisario especial al servicio de Kublai Kan. Usted recordará que los mongoles formaron un imperio nómada de las estepas que por sus constantes incursiones obligó a los chinos a iniciar la construcción de la Gran Muralla. Es, Marco Polo, uno de los más grandes exploradores del mundo. Su fama ha trascendido hasta nuestros días. Diremos, como es sabido, que para viajar no era como ahora, en que basta acudir al Internet para hacer reservaciones. En aquellos tiempos, no estaba exento de peligros desplazarse hasta Cipango, -China- a pie o encima de una bestia. Hay quienes pensaron que Marco Polo les estaba tomando el pelo al contarles sus aventuras. Interrogado en su lecho de muerte, por su propia familia para que confesase si había mentido, no únicamente negó el cargo si no que además insistió que tan sólo había contado la mitad de lo que vio. Ir cerca o lejos, recordemos que viajar es cultura.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 353656

elsiglo.mx