Encontrar el zapato correcto es un desafío enorme.
Aunque muchos prometen beneficios para la salud, que un zapato pueda lograrlo es cuestionable.
Diversos fabricantes de zapatos han lanzado una serie de nuevos productos que prometen beneficios de salud como menos dolor de espalda, mejor postura y disminución de venas varicosas.
Desde sandalias hasta deportivos, los nuevos zapatos han adoptado la tecnología de punta incorporando características de diseño como suelas y tacones redondos, amortiguamiento adicional y formas adaptadas al contorno de los pies para imitar a los pies descalzos.
La gran abundancia de zapatos y de beneficios ofrecidos hace que discernir entre la ficción y la realidad sea algo bastante complicado para los consumidores e incluso para los profesionales de la industria.
“Hay demasiada promoción y a menudo muy poca sustancia que la apoye”, dijo Bruce Williams, presidente de la Academia de Medicina Podiátrica Deportiva de Estados Unidos.
Que un zapato pueda producir beneficios significativos para la salud es cuestionable, coincidió Mark Geil, director de biomecánica en la Universidad estatal de Georgia, quien destacó la falta de estudios científicos que confirmen, o nieguen, las promesas de los productos.
Distintos zapatos para distintos pies
Encontrar el zapato correcto es un desafío enorme, dijo Perry Julien, podiatra que se especializa en lesiones vinculadas con los deportes. No existe un consenso sobre qué par ofrece mejores condiciones para caminar, por lo que necesitamos todo tipo de zapatos, dijo.
“Quizá unos zapatos sean mejores para una persona pero no para la otra”, dijo
Lo que beneficia a un usuario quizá no produzca beneficios similares en otro porque cada pie es diferente. Todos necesitamos algo diferente en un zapato.
Simplemente no existe lo que pueda denominarse pie normal; el tipo de pie de una persona, aunado a su tamaño y función, determina qué zapato necesita.
La talla es un factor sumamente importante, y cerca del 85% de la gente está usando zapatos demasiado pequeños, de acuerdo con el Colegio de Medicina Deportiva de Estados Unidos (ACSM, por sus siglas en inglés). Los zapatos para correr, en particular, deben ser de media a una talla más grandes que los que usamos comúnmente.
Un buen par de zapatos tampoco deben ser demasiado estrechos ni muy altos; deben tener bastante espacio, especialmente alrededor de los dedos de los pies, y cierta flexibilidad en la parte media y atrás.
“La gente sólo piensa en sus pies cuando ya no puede caminar” dijo Williams, refiriéndose a la gente que sacrifica la comodidad por la moda. “Los pies no deben doler, no hay ninguna razón para vivir con eso”. (Traducción: Mariana Toledo)