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Luz sin fuerza

Jaque mate

Sergio Sarmiento

“El servicio público es una responsabilidad, no un privilegio”.

César Hernández.

La Compañía de Luz y Fuerza del Centro es una de las empresas más ineficientes de nuestro país. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que la tiene emplazada a huelga para el próximo domingo 16 de marzo, es en buena medida responsable de esta ineficiencia. Quizá por eso está exigiendo que en su contrato se establezca que la firma nunca podrá ser declarada en quiebra o liquidada.

Los líderes del SME piensan que se puede prohibir la muerte de la gallina de los huevos de oro. No se dan cuenta de que el pobre animal ya se está desangrando.

Entre enero y octubre de 2007 —últimas cifras disponibles— Luz y Fuerza del Centro reportó ingresos por venta de servicios por 35,563 millones de pesos. Los costos de explotación, sin embargo, fueron de 62,978 millones de pesos. En otras palabras, la empresa gasta casi dos veces más de lo que vende.

La pérdida de explotación en los 10 primeros meses de 2007 fue de 27,414 millones de pesos. Si añadimos una depreciación de 1,295 millones de pesos, se registra una pérdida de operación es de 28,710 millones de pesos. La cifra es brutal para diez meses de operación.

En 2006, el último año para el que hay información completa, la pérdida por operación de la empresa fue de 33,849 millones de pesos. La quiebra sólo se pudo evitar con un subsidio de 33,530 millones de pesos de los contribuyentes. Las tarifas de la empresa son muy altas en comparación con las que se cobran en otros lugares del mundo, pero se vuelven estratosféricas cuando se suman a los subsidios de los contribuyentes.

Según indicadores de la Secretaría de Energía, en diciembre de 2007 Luz y Fuerza registraba una venta de 754 megavatios por hora anuales por trabajador. La Comisión Federal de Electricidad (CFE), que no es un ejemplo de eficiencia internacional, tiene ventas anuales por trabajadores de 2,494 MWh. En Francia la cifra es de 4,900 MWh, en España de 6,900 y en Australia de 8,950 (César Hernández, La reforma cautiva).

El tiempo promedio de conexión a nuevos usuarios para la CFE es de un día y en las zonas urbanas se reduce a 0.8 de día. En Luz y Fuerza del Centro, a pesar de que la mayoría de las conexiones es urbana, el promedio es de 5.9 días (indicadores de la Sener). Estos plazos, sin embargo, corren a partir del momento en que se hace la contratación. Quien haya contratado el servicio de Luz y Fuerza sabe que la verdadera pesadilla se sufre en los trámites previos.

Luz y Fuerza tenía en 2006 una plantilla laboral de 33,154 trabajadores de planta y 7,324 temporales, muchas veces superior a la de cualquier empresa de estas dimensiones. Los jubilados ascendían a 21,555. Debido a las reglas de retiro, en unos años más la mitad de los costos laborales se irán a quienes están en retiro. En 2017 la empresa tendrá 37,934 jubilados según la Auditoría Superior de la Federación.

Parte del exceso de personal se debe a que el sindicato ha exigido que la empresa realice actividades que ninguna firma de electricidad en el mundo lleva a cabo. Así, los trabajadores fabrican los postes y sus uniformes. Son ellos también quienes entregan los recibos de pago. Esto le cuesta mucho más a Luz y Fuerza que contratar servicios externos.

Por ésta y muchas más razones los costos laborales representaban en 2005 el 34 por ciento del costo de explotación y de energía comprada. En la CFE el monto equivalente era de 20.1 por ciento.

Luz y Fuerza tiene enormes pérdidas de energía: en 2006 eran de 31.4 por ciento de la electricidad distribuida. La CFE tenía ese mismo año pérdidas de 10.8 por ciento. Buena parte de las pérdidas de Luz y Fuerza son producto de conexiones fraudulentas a la red pública, pero los esfuerzos por enfrentar el problema han fracasado. En 2001 la empresa firmó un acuerdo con el SME para disminuir las pérdidas, que en ese entonces eran de 24 por ciento; pero para este 2008 ya ascienden a 33 por ciento.

Los trabajadores de Luz y Fuerza se cuentan entre los mejor pagados del país. Según un estudio del CIDAC, un cajero en México ganaba en promedio 1,764 pesos al mes en 2005. En Luz y Fuerza obtenía 10,042 pesos. Pero, además, un trabajador de esta empresa recibe prestaciones muy por arriba de las del resto de los trabajadores. Tan sólo las ayudas de transporte, de despensa y de renta ascienden a 71 por ciento del salario.

El SME ha presentado un amplio pliego petitorio en su emplazamiento a huelga que incluye el rechazo a la inversión privada en electricidad, una reforma fiscal que disminuya los impuestos de los trabajadores, una mejora en las prestaciones y un aumento de 16 por ciento en el salario. Si no hay un acuerdo, el sindicato dejará sin electricidad al Centro de la República. Pero en lugar de aceptar este chantaje, quizá los dueños —los ciudadanos mexicanos— deberíamos declarar en quiebra a la empresa y empezar de nuevo.

PAQUETES ELECTORALES

El fallo puede ser judicialmente correcto, pero política e históricamente es un desastre. El máximo Tribunal de la nación descartó, por seis votos contra cinco, la apertura de los paquetes electorales de 2006 para permitir su análisis por periodistas, académicos o ciudadanos comunes y corrientes. Con ello promoverá la incertidumbre política y ratificará la idea de que la elección fue fraudulenta. Lo ideal habría sido aceptar que éste era un tema de transparencia y permitir la conservación y apertura de los paquetes. Pero seis ministros se opusieron.

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