Cientos de aficionados pasaron casi tres días en los alrededor del Estadio Nacional de Santiago a la espera del primero de dos conciertos que Madonna ofrecerá la noche del miércoles.
La policía inicialmente prohibió que los aficionados pernoctaran en el lugar, pero luego aceptó cuando los jóvenes se organizaron ordenadamente, incluso instalando baños portátiles, y aseguraron que mantendrían el orden. Así ocurrió, efectivamente.
La cantante llegaría por la tarde proveniente de Buenos Aires. Esta es la primera vez que se presentará en Chile.
Unas 60 mil personas asistirían a cada uno de los conciertos, miércoles y jueves, según los organizadores.
Roberto López, uno admirador de la estrella del pop estadounidense, ha figurado en la prensa local tras confesar que renunció a su trabajo en la austral ciudad de Punta Arenas porque sus jefes no le habían dado permiso de ausentarse para viajar al concierto.
Dirigentes del club de fans de Madonna en Chile admitieron no tener esperanzas de un encuentro personal con la cantante, pero dijeron que al menos esperan hacerle llegar un regalo que le compraron: el "Neruda Essential", una selección de poemas de Pablo Neruda traducidos al inglés.
Los conciertos se realizarán en el Estadio Nacional, lo que ha generado críticas en los círculos deportivos, que temen que la presencia masiva de aficionados dañará el césped de la cancha donde el domingo se jugará el primero de los dos partidos de la final del torneo de clausura entre Colo Colo y Palestino.
Los organizadores sostienen que el estadio debe dedicarse no sólo a los actos deportivos, sino también a actividades artísticas y culturales.
Numerosas figuras artísticas y políticas locales han anunciado que acudirán a ver a Madonna.
La policía desplegó un detallado sistema de seguridad que incluye cortes de tránsito en calles aledañas al estadio y tres anillos de control de acceso.
