El padre de dos niñas que murieron por congelamiento en una reserva natural canadiense el invierno pasado se declaró culpable de negligencia criminal.
Christopher Pauchay, cuyos familiares dijeron que estaba borracho en el momento del accidente, perdió a sus hijas de uno y tres años mientras caminaba hacia la casa de un vecino bajo temperaturas que se sentían a menos 50 grados centígrados (menos 58 grados Fahrenheit) debido al viento. Las niñas sólo llevaban camisetas y pañales puestos.
Pauchay fue acusado de negligencia criminal por "no ofrecerles protección frente a los elementos".
Pauchay, de 24 años, asintió con la cabeza cuando se le preguntó si se declaraba culpable en el inicio de su juicio en Rose Valley. Después se llevó las manos con vendas a la cara, lloró y se sentó en su silla en la corte.
Pauchay aún se está recuperando del congelamiento que sufrió después de pasar horas en el frío el día que sus hijas murieron.
Su abogado, Ron Piche, dijo que pedirá al juez que un grupo de aborígenes decidan la suerte de su cliente, ya que Pauchay pertenece a un grupo nativo.
La fiscalía ya ha indicado que se opone a esa propuesta y que exigirá que Pauchay pase tiempo en una prisión federal.
Después de que Pauchay perdiera a sus hijas en enero, llegó a la casa del vecino y fue trasladado a un hospital por congelamiento e hipotermia. Ocho horas después, cuando logró hablar, preguntó por sus hijas.
Se inició una operación de búsqueda en ese mismo momento y más tarde se encontraron los cuerpos de las niñas.
Piche dijo en la corte que hay gente que quiere castigar a Pauchay porque ha cometido un crimen y dos personas han muerto como consecuencia de ello, pero que también hay gente que dice que ya ha sufrido lo suficiente.
