De visita en Durango, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, calificó la situación de inseguridad y crimen organizado en La Laguna como “preocupante pero manejable”.
Lo preocupante, en todo caso, es la declaración del secretario. La respuesta sugiere cierta ligereza para tratar el tema de la descomposición de la seguridad en la Comarca Lagunera en el último año y medio. Mientras el Gobierno Federal refuerza acciones de combate al crimen en Sinaloa, Chihuahua, Durango y Nuevo León, ignora la región que se encuentra justo en medio de esos estados: La Laguna, donde se siente un “efecto cucaracha” y donde la guerra territorial ha dejado una estela de violencia y temor en la población.
Cuestionado sobre el reforzamiento de operativos federales en la Comarca, Mouriño sólo atinó a decir que el Gobierno Federal está sujeto a las solicitudes que hagan los gobiernos de los Estados. Sin embargo, al parecer desconoce que tales solicitudes ya se han hecho y que, al menos en La Laguna, la presencia de agentes federales ha disminuido.
Mouriño pidió la participación y colaboración de la sociedad en la denuncia de hechos delictivos, pero faltan todavía las garantías que protejan a los ciudadanos que quieran denunciar y que ahora no lo hacen por miedo, por desconfianza o por la certeza de que no habrá seguimiento.
La situación de inseguridad en La Laguna es, como dice Mouriño, preocupante, pero el Gobierno Federal no parece dar elementos para pensar que es manejable, sobre todo cuando crecen los rumores sobre hechos delictivos y presencia del crimen organizado. Si en verdad fuera manejable, La Laguna estaría viendo una postura más activa del Gobierno Federal.