¿Cómo Filadelfia controlará al insaciable Manny Ramírez? Bateó ocho hits en 13 turnos con cinco remolcadas en sus tres primeros con los Dodgers, y eso fue apenas el comienzo. (AP)
Con su pelo recortado, en vez de sus largas trenzas, Manny Ramírez exhibió una imagen un poco diferente para la serie de campeonato de la Liga Nacional.
El dominicano juega para un equipo de California, pero en el terreno de juego es el mismo Manny. Nadie parece capaz de frenarlo cuando se para en una caja de bateo. Ramírez fue el responsable de darle un voltereta completa a los Dodgers de Los Angeles, al conducirlos a los playoffs con su exhibición de poderío ofensivo una vez que logró forzar su salida de Boston.
Gracias al candente bate de su jardinero izquierdo y un par de actuaciones magistrales de sus abridores, los Dodgers barrieron a los ultra favoritos Cachorros de Chicago en la primera ronda. Más difícil pinta la cosa con los Filis de Filadelfia, dueños de un fuerte pitcheo.
“Son el mejor equipo del momento”, afirmó Ramírez el miércoles. “Son tremendos. No creemos que somos mejores que ellos, pero la clave en los playoffs es meterse en la pelea porque cualquier cosa puede pasar”.
El primer juego será hoy en punto de las 19:00 horas, en Citizens Bank Park de Filadelfia, con Derek Lowe (14-11) en el montículo por los Dodgers frente a Cole Hamels (14-10).
Ambos equipos llegan en medio de excelentes rachas. Los Dodgers cerraron la temporada regular con marca de 19-8 para ganar el Oeste de la Nacional. Los Filis terminaron 13-3 para revalidar su corona en el Este, y necesitaron de cuatro partidos para deshacerse de Milwaukee.
Dividieron honores en los ochos juegos que disputaron en la temporada regular, cada uno barriendo series de cuatro partidos en casa durante agosto.
Esta será la cuarta vez en 31 que ambos se miden en la serie de campeonato. Los Dodgers vencieron a los Filis en 1977 y 1978. Los Filis lo hicieron en 1983.
Ambos equipos tiene jugadores extraordinarios y carismáticos, pero todo los reflectores se centran en Ramírez. Las cámaras y micrófonos no le perdieron la pista al enigmático quisqueyano durante la práctica de los Dodgers.
Ramírez se lo toma con calma: “Este no es mi primer rodeo”, dijo. Fue afable, gracioso y modesto al atender durante 20 minutos a los periodistas, respondiendo preguntas de todo tipo.
Manny está encantado con California, pero aún no aprende a surfear. Dice que no tiene la paciencia para recibir 200 bases por bolas al año como hacía Barry Bonds. Está feliz de tener a Joe Torre como manager. Lo único que no hay que preguntarle es sobre sus últimos días en Boston, marcados por un turbulento ambiente.
“Yo no hablo del pasado”, declaró. “No miro hacia atrás, sino adelante. No tengo nada malo que decir sobre Boston”. Telegrafió el mismo mensaje a sus detractores. “Mis compañeros saben la clase de persona que soy. Eso es todo lo que puedo decir”, señaló Ramírez.
Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2004, Ramírez se llevó dos anillos de campeón en sus siete temporadas y media con los Medias Rojas. Quiere otro con los Dodgers, que sin él no estarían en esta instancia.
Ramírez bateó para .396 con 17 cuadrangulares y 53 carreras impulsadas en 53 juegos de temporada regular en Los Ángeles. También tuvo un impacto enorme fuera del terreno, al relajar a sus nuevos compañeros.
“Creo que se ajusta perfectamente por nuestra juventud”, destacó Lowe, quien jugó con Ramírez en Boston. “Fue algo notable para nuestros jóvenes bateadores el apreciar cómo una super estrella lleva su rutina todos los días, el oficio que pone para su preparación, cómo no permite que un pitcheo o un turno al bate le afecte”.