El régimen de Pervez Musharraf decidió ayer mantener la incertidumbre sobre las elecciones legislativas del día 8, pese a que las filas del partido de la asesinada Benazir Bhutto amenazaron con una campaña de desobediencia civil si son pospuestas.
Aunque sólo queda una semana para la cita aún oficial con las urnas, Musharraf optó por sus habituales tácticas dilatorias mientras distintas fuentes oficiosas daban por sentado que los comicios no podrán celebrarse hasta febrero.
La Comisión Electoral decidió posponer por segundo día consecutivo su anuncio oficial sobre si mantiene o pospone los comicios, que relacionó con la necesidad de efectuar consultas con los distintos partidos políticos.
El secretario de la Comisión, Kanwar Mohammad Dilshad, dijo a la prensa que el organismo electoral quiere informar a los partidos de “las circunstancias que prevalecen en el país” tras los disturbios que siguieron al atentado contra Bhutto.
Según Dilshad, harían falta entre 10 y 12 semanas para completar preparativos electorales, tras la destrucción de sedes y material electoral ocurrida durante los disturbios.
El secretario explicó que las consultas se efectuarán por teléfono y permitirán a la Comisión tomar su decisión final hoy miércoles a mediodía, “teniendo en cuenta la opinión predominante entre los partidos políticos”.
El PPP amenazó el lunes por la noche con una campaña de desobediencia civil si los comicios son pospuestos, mientras fuentes de la Comisión filtraban a la prensa que se planteaban dejarlos hasta la tercera semana de febrero. Ayer otras fuentes del organismo citadas por el canal Dawn mencionaban la fecha del 11 de febrero.
“Queremos las elecciones en la fecha prevista”, exigió ayer la secretaria de Información del PPP, Sherry Rehman, quien juzgó que el aplazamiento sería una maniobra para evitar un descalabro de la gubernamental Liga Musulmana-Q (PML-Q) tras la “trágica muerte” de Bhutto en un atentado el 27 de diciembre.