Una crítica frecuente a la actual selección es que carece de líderes y mística. Maradona, con sus pergaminos y amor incondicional por la selección, parece el indicado para recuperarla. (AP)
Es la gloria o el abismo. Tratándose de Diego Maradona nunca hay términos medios: con él al mando, Argentina deja atrás dos décadas de frustraciones o la tiranía de los resultados también se devora a su único mito viviente.
Maradona, el más grande jugador argentino de todos los tiempos, será presentado este martes oficialmente como técnico de la selección argentina, la oportunidad que tanto había esperado desde que se retiró en 1997 y que le llegó a sus 48 años, aparentemente en un gran momento personal.
La apuesta por el astro, que será acompañado por otros integrantes de la "generación dorada" que conquistó el mundial de 1986 y fue finalista cuatro años después, busca devolver a la selección al sitial que perdió desde entonces, más allá de que Argentina nunca dejó de distinguirse por la calidad de sus jugadores.
"La selección es un Roll Royce lleno de tierra", graficó Maradona.
Para aquellos que lo idolatran, el Diez es el único capaz de conducir con autoridad a un plantel plagado de estrellas jóvenes como Lionel Messi, muchos de ellos millonarios antes de la mayoría de edad, y que están bajo sospecha de no tener el suficiente compromiso con la camiseta de su país.
Una crítica frecuente a la actual selección es que carece de líderes y mística. Maradona, con sus pergaminos y amor incondicional por la selección, parece el indicado para recuperarla.
Los críticos apuntan a su breve y negativa experiencia como entrenador, temen por su carácter imprevisible e inestable y una salud frágil por los recurrentes problemas con las drogas y el alcohol. Preocupa además que su alta exposición afecte la tranquilidad de un equipo que aún no tiene asegurado el pasaje a Sudáfrica 2010.
"Capaz que decías algo que no le gustaba y se te paraba de manos", recuerda Carlos Fren, quien hizo dupla técnica con Maradona en su paso por Mandiyú y Racing Club a mediados de la década de 1990. El ex capitán por ese entonces cumplía con su segunda suspensión por dopaje, detectado en el mundial 1994.
La campaña fue pobre: de un total de 23 partidos, ganó apenas tres, perdió 12 y empató ocho. Y protagonizó varias polémicas, como cuando persiguió hasta el vestuario a un árbitro y lo invitó a pelearse.
"Diego debe tener al lado a alguien que lo agarre y le diga: "Pará, no hagas quilombos (lío)". No se tiene que desbandar", aconsejó Fren.
Para contenerlo y aportar su experiencia, la federación designó como manager a Carlos Bilardo, técnico de la selección en los mundiales 1986 y 1990. Y como ayudantes de campo del astro estarán Sergio Batista y José Luis Brown, también campeones del mundo hace 22 años y actuales responsables de las selecciones juveniles.
Los papeles todavía no están del todo claros.
"Diego quiere que me siente en el banco junto a él. Yo puedo opinar, pero la última decisión tiene que ser suya", explicó Bilardo. El verborrágico entrenador difícilmente tenga un papel secundario en los partidos.
Batista primero había rechazado integrar el equipo de trabajo de Maradona. Una charla con el mandamás de la federación, Julio Grondona, y luego con el flamante entrenador lo hizo cambiar de opinión. Sin embargo, con Brown repartirán su tiempo con los juveniles.
Tras su presentación, Maradona dará la primera lista de convocados par el debut en el amistoso ante Escocia el 19 de noviembre en Glasgow. Mismo rival y escenario donde convirtió su primer gol con la selección.
No se esperan muchos cambios respecto a la base de jugadores con los que venía trabajando su antecesor Alfio Basile. Se sabe que para el amistoso no contará con Messi, debido a un acuerdo entre la federación y el Barcelona a cambio de que éste le permitiera participar en los Juegos Olímpicos de Beijing, que ganó Argentina.
Maradona no tendría en sus planes al capitán Javier Zanetti, al volante Esteban Cambiasso y al arquero Roberto Abbondanzieri. Le gustaría que Javier Mascherano porte la cinta, pero días atrás el mediocampista del Liverpool dio a entender que no tenía el carisma para tamaña responsabilidad.
Adelantó que tendrá en cuenta a los experimentados mediocampistas Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón. Y por supuesto a su yerno y astro del Atlético Madrid, Sergio Agüero.
Como escribió el periodista Daniel Arcucci, autor de la biografía autorizada de Maradona: "Diego, ya sin el 10 en la espalda, redobla la apuesta. Quizás esté arriesgando demasiado, como siempre en su vida. Hasta su condición de mito".