El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se jugará en las elecciones municipales del próximo 23 de noviembre la profundización de su revolución bolivariana, opinó ayer el politólogo Ignacio de León.
El abogado y economista dijo que “lo que se está jugando el presidente Chávez es profundizar la revolución. De perder estas elecciones, lo recomendable sería que negociara con sus adversarios”.
De León prevé que, de negarse a dialogar con la Oposición tras una eventual derrota en los próximos comicios regionales, el Gobierno venezolano podría verse afectado en 2009 por una crisis de gobernabilidad.
Un total de 16 millones 699 mil 576 venezolanos están inscritos en el Registro Electoral Permanente (REP) y deberán elegir a 22 gobernadores, 328 alcaldes y sus respectivos consejos legislativos.
Todas las gobernaciones están controladas en la actualidad por aliados a Chávez, excepto el insular estado Nueva Esparta, que es gobernado por el socialdemócrata Morel Rodríguez, y el petrolero estado Zulia, en el que gobierna el socialdemócrata Manuel Rosales.
En las elecciones regionales de octubre de 2004, el oficialismo aprovechó la corriente abstencionista opositora para ganar casi la totalidad de las gobernaciones y alcaldías más importantes de este país.
Los 162 escaños de la Asamblea Nacional (Congreso unicameral), por otra parte, están ocupados por políticos oficialistas, excepto ocho legisladores electos en grupos aliados al Gobierno que en la actualidad están en la Oposición por diferencias con el mandatario.
Los candidatos de los partidos de la oficialista Alianza Patriótica (AP) fueron electos en 2005 sin rivales al frente porque la Oposición retiró a sus candidatos alegando falta de garantías.
Encuestas de organismos privados mostraron que existe un creciente malestar entre los venezolanos con el proyecto socialista que Chávez busca imponer en el quinto país productor mundial de crudo, por lo que el oficialismo podría perder importantes gobernaciones y alcaldías.
De León, abogado graduado en la privada Universidad Católica Andrés Bello, acotó que “el Gobierno podría perder alrededor de ocho gobernaciones, las que terminarían en manos de la Oposición tradicional y de políticos del llamado “chavismo disidente”.
“Estamos hablando de gobernaciones como Zulia, Táchira, Mérida, Carabobo, Nueva Esparta, Aragua, la Alcaldía Mayor de Caracas y Miranda. Además tiene posibilidades en algunas otras emblemáticas, como Barinas (estado natal de Chávez)”, precisó.
Agregó que “estos estados representan alrededor del 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) no petrolero y un porcentaje similar de la producción industrial del país”, razón por la cual son muy importantes para el Gobierno y la Oposición.
Se tensan los nervios de Hugo Chávez
A medida que cae en las encuestas, crecen las amenazas y advertencias del presidente venezolano Hugo Chávez.
Desde la clásica denuncia de intento de “derrocamiento” o de magnicidio” a la campaña orquestada desde el extranjero en su contra. Lo cierto es que a una semana de unos comicios cruciales para el futuro de su Gobierno, el carácter, la pose, el discurso y los nervios del mandatario lejos están de la distensión. Su estado de ánimo y sus apariciones públicas se asemejan muchísimo al de los días previos al referéndum, que concluyó en una derrota y puso coto a sus intentos de reelección indefinida.
Una derrota en las elecciones para gobernadores y alcaldes, debilitaría a un mandatario que ya amenazó con “sacar los tanques a la calle si no aceptan los resultados”, “sancionar a las televisoras que den resultados antes de tiempo”, “meter en la cárcel a opositores” y todo el rosario de campaña electoral característico del jefe de Estado. Las encuestas son claras. El próximo domingo 23 de noviembre el chavismo podría perder entre cuatro y ocho estados, algunos de ellos clave para la cuantificación del chavismo, como Sucre, Zulia o Miranda.
Todos los sondeos caminan por territorio parecido. Incluso una de las consultoras afines al Gobierno. “La Oposición podría crecer en votos”, admite.
Por eso, Chávez llama a sus filas a reforzar la organización electoral, el Comando Maisanta, y amenaza con poner entre rejas a sus más enconados opositores, como el ex candidato a la Presidencia Manuel Rosales o a su otrora correligionario, Ramón Martínez, gobernador de Sucre, al que considera “un asqueroso traidor”. Este sábado mismo fue detenido Aldala Makled, un candidato a alcalde que compite con un aliado de Chávez, por supuestos vínculos con el narcotráfico.
