Hoy está programada para esta tarde una marcha a la que está convocada toda la sociedad lagunera con el objetivo de reclamar paz y seguridad de la cual ha sido despojado el pueblo por la delincuencia organizada.
Ante la total incompetencia del gobierno mexicano en sus tres órdenes de gobierno de proporcionar a los individuos seguridad física y de sus pertenencias, la Iniciativa Privada, que luego fue secundada por otras asociaciones, universidades y organizaciones no gubernamentales, ha propuesto para hoy una caminata singular que tendrá como punto de convergencia el lecho seco del río Nazas, justo debajo de sus puentes más antiguos. La Iglesia Católica también fue llamada a participar en ella, y tanto el obispo de Torreón, como el arzobispo de Durango, han aceptado encabezar las marchas, ya que la misma tendrá dos puntos de partida: por el lado de la Comarca Lagunera de Coahuila la cita es en la Fuente del Pensador en la Alameda Zaragoza de Torreón, en tanto por el lado de Durango, el punto de partida es el estacionamiento de la tienda Soriana Las Rosas, sito en bulevar Miguel Alemán.
La semana pasada en este mismo espacio se intentaba describir lo descompuesta y temible que estaba ya la vía pública, debido a las conductas que llevan a cabo las bandas delictivas, pero hoy sin duda es un hecho especial, porque la verdad los promotores de esta marcha han mostrado más valor por la “provocación” que ello representa, porque es una realidad que ahora cualquiera se lo piensa antes de hacer cualquier cosa, no vaya a incitar a que se generen acciones en contra suya. Pero es que el problema está ya en niveles de desesperación: no hay quien no haya escuchado, a un amigo, pariente o conocido que haya sufrido actos violentos provenientes de organizaciones delictivas.
Esto es ya tema de emergencia nacional. Ayer el Consejo Nacional de Seguridad se reunió en Palacio Nacional para tratar el asunto. La reunión estuvo conformada por los 31 gobernadores, más el jefe de Gobierno del Distrito Federal, los secretarios de Gobernación, Defensa, Marina, Seguridad y el procurador de la República, todos ellos junto al presidente Felipe Calderón tratando de encontrar acciones que llevaran a devolver la paz y seguridad de la que los mexicanos hemos sido despojados en los últimos años, particularmente en éste, en que la cifra de muertes relacionadas al crimen organizado supera ya las ejecuciones realizadas en todo el año pasado. Es decir, como nunca, este año ha sido el más sangriento en la república mexicana, desde los tiempos de la revolución, de ese tamaño es el problema.
Además a la psicosis que se ha generado por las balaceras a gran escala en las calles y lugares sociales, hay que añadir el disparo de los secuestros, que quizá sea aún más lacerante para la sociedad que el propio narcotráfico. El secuestro hoy se ha propalado a casi todas las capas sociales, por lo que ha dejado de ser visto como un flagelo al que sólo estaban expuestas las familias ricas. Los secuestros llamados exprés, los virtuales o las extorsiones telefónicas, no hacen más que infundir pavor a una comunidad –especialmente a la lagunera- que ha sido testigo de cómo en dos años la tranquilidad y seguridad promedio de la que gozaba, sencillamente hoy está totalmente mutilada.
Por ello es importante la marcha, porque no queda más para los ciudadanos que el expresarse en las calles por un derecho que les ha sido negado: el derecho a la seguridad. Las autoridades hoy están infringiendo flagrantemente su más esencial función, y son los titulares del Poder Ejecutivo, tanto federal, local y municipal, quienes están siendo rebasados ante la primera encomienda que las leyes les demandan, ya que ellos tienen el mando directo de las Policías y la milicia, por lo que materialmente son los encargados de mantener el monopolio de la fuerza legítima que la Constitución establece para el Estado, sin embargo, hoy por hoy, lo mejor es marchar.