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Marcial

Diálogo

Yamil Darwich

Marcial Maciel Degollado nació en 1920, en una población del Estado de Michoacán, Cotija, que se caracteriza por ser profundamente religiosa –patria chica de seis obispos y un beato– y llegar a entregar múltiples sacerdotes al servicio de la Iglesia Católica. Influenciado por un ambiente altamente familiar religioso, sumado a las vivencias de su infancia, cuando vivió la experiencia de la “persecución de Calles”, se decide por el sacerdocio, ingresando en el seminario que su tío-abuelo Rafael, obispo de Veracruz, tenía operando clandestinamente en la Ciudad de México.

Entre los años comprendidos 1938 a 1940, seminarista en las diócesis de Chihuahua, Cuernavaca y del Seminario Interdiocesano de Nuevo México, EUA, donde empieza a imaginar la creación de un “ejército de cristianos” que promovieran la fe, conforme a su visión, siendo expulsado por ello, refugiándose con el Obispo de Cuernavaca, Monseñor Francisco González Arias, tío lejano suyo, donde terminó sus primeros estudios sacerdotales. Sin duda sus vivencias de niñez y pre-adolescencia le habían dejado una honda huella en su psique, que se manifestaba en sus propósitos de lucha.

Durante los años cuarenta del siglo anterior, se afana en formar su orden, los Legionarios de Cristo, hasta formar el primer grupo de trece adolescentes que se constituyen en seminario menor en unos cuartitos habitacionales prestados en el Distrito Federal, para finalmente adquirir una casa en Tlalpan, D.F.

Más adelante, en los sesenta del siglo XX, crea Regnum Christi, que le servirá como instrumento para fortalecer la orden y cubrir las necesidades de abastecimientos económico y de novicios.

Declarando en 1946: “la felicidad humana se encuentra en la amistad personal con Jesucristo”. En un mundo que “se apaga y muere por falta de Cristo” pide apoyo, recolecta donativos y finaliza construyendo una de las congregaciones religiosas más fuertes e influyentes del mundo, Los Legionarios de Cristo, que deciden entregarse al apostolado de la educación cristiana.

El Movimiento Regnum Christi es, desde los años sesenta, uno de los principales instrumentos mediante el cual buscan formar apóstoles “genuinamente cristianos” y acaba por lograr el reconocimiento de la Congregación, mediante el “Decreto de Alabanza” en febrero de 1965, otorgado por Pablo VI.

Con un desarrollo desbordado, la comunidad crece hasta establecerse en diferentes países del mundo, particularmente Latinoamérica, engrosando las filas de “soldados” de Cristo, con más de 500 sacerdotes-educadores y ganarse a pulso el reconocimiento académico de escuelas y universidades. Actualmente tiene en sus seminarios aproximadamente 2,000 estudiantes, todos en verdadero rigor de interpretación religiosa preparándose para servir a la Congregación. Tuvo una vida de trabajo y esfuerzo.

La caída personal inicia con el siglo XXI, con la llegada de Benedicto XVI, al Trono Papal, aunque desde 1956, había sido suspendido por primera vez, acusado de pederastia, exonerado al no declarar sus víctimas en “voto de caridad” y la obediencia que les exigían en el propio organismo religioso. En 2006, el propio Papa decide imponer el castigo de exigirle la renuncia a “todo ministerio” y ordenarle se recluyera a una vida de meditación y oración con penitencia.

Murió este 30 de enero de 2008, en Houston, Texas, EUA, dejando al mundo abierto a la discusión sobre su tránsito en el mundo, hecho que José Barba, supuesto abusado por Marcial Maciel en 1997, definiera como: “ha muerto sin dar la cara”, refiriéndose a los casos de pederastia detectados en la orden católica de Los Legionarios de Cristo.

Más que “no dar la cara”, puesto que incluso llegó a pedir perdón público, quedan inconclusos los juicios legales que los hombres supuestamente violentados sexualmente habían abierto contra su persona. Tal vez: “ni son todos los que están, ni están todos los que son”.

Sería parcial no incluir en la evaluación otros hechos que suman favorablemente en su vida, sobresaliendo su obra educativa, que no deja espacio para la discusión por su calidad académica y aporte a la vida profesional de los mexicanos, e indirectamente, la influencia de la Congregación en la promoción de agencias acreditadoras de calidad.

Punto aparte, de considerar, el tema del escándalo como medio propagandístico del sector religioso y político internacional que se muestra en oposición y combate contra la Iglesia Católica, que encontró en el grave delito, la oportunidad de desprestigiarla como promotora de la fe Cristiana.

Con la muerte de Marcial Maciel, quedan muchas dudas y cuestionamientos de todas las acusaciones de mal comportamiento, que seguramente se dio, aunque también habrá oportunistas que se quieran aprovechar y otros casos mantenidos en reserva por pudor.

Desde luego que no se puede juzgar por actos humanos el indiscutible alto desempeño de las instituciones religiosas educativas.

También es cierto aquello de que: “nadie habla mal de los muertos”, pero igual debemos estar atentos porque otra verdad popular dice: “al muerto que le carguen todas las culpas”. ¿Qué opina?

ydarwich@ual.mx

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