Cuando no creer en los gurus
La gerencia de empresas es una profesión plagada de metáforas. Seguramente usted ha escuchado frases como: “Si no esta roto, rómpalo”, “El ADN de la Empresa”, “Solo los paranoicos sobreviven” o “El marketing boca a boca”. Todas ellas son metáforas que por su capacidad evocativa han sido adoptadas con entusiasmo en el ambiente empresarial. Pero que fueron creadas para un contexto específico de negocio, y por ello, no son de aplicación automática.
Cada año se publican mas de 3,500 libros sobre negocios y gerencia. Muchos de ellos son solo anecdóticos, y hasta con historietas simplonas. Otros son, o prometen ser herramentales, (para diseñar la estrategia del negocio, o para liderar el cambio). Los menos, aportan al empresario nuevas propuestas, proporcionando herramientas para trabajar con eficacia y rentabilidad.
Más allá de seguir la lista de Best-Sellers, ¿Cómo puede un hombre de negocios saber que lecturas conviene seguir? Y lo más importante: ¿Cómo puede elegir lo que realmente será apropiado para su empresa?
Porque el escenario de negocios se ha vuelto mas complejo. La figura del CEO ha cambiado, los sueldos al puesto llegan hoy hasta cifras anuales de siete dígitos en dólares americanos, pero la duración promedio en la cima corporativa viene reduciéndose. Hoy los directores ejecutivos promedian seis años en el cargo, otros duran solamente meses, y algunos plantean anticipadamente su salida a partir de estándares numéricos ya sea de éxito o de fracaso.
Los Ejecutivos que dirigen empresas necesitan ir al grano, saber qué es útil, y que no lo es. Aquí propongo siete ideas para evitar ser atrapado por una mala herramienta de algún gurú de moda.
1.- Cuídese de los consultores que insisten en la necesidad de un cambio radical en todo y para todos. Esta es la falacia que resulta de querer pasar de la receta facilona a la herramienta verdadera. Si los asesores proponen que sus técnicas se aplican en todas las situaciones, no les crea. Debemos saber como, cuando, y donde son requeridos los cambios, pero también donde conviene la continuidad.
2.- Si los “gurus” proponen su herramienta solo a partir de anécdotas y casos de éxito, esta todavía es inmadura. Seria muy aventurado pensar que los atributos de las empresas que tuvieron buenos resultados al utilizarla, coinciden exactamente con los atributos de su empresa, o con su particular entorno de negocio. Seguir al pie de la letra este tipo de consejos puede meterlo en problemas.
3.- Si los asesores no describen el mecanismo de causas y efectos que hace funcionar su herramienta, y cuales son las condiciones que necesariamente deben cumplirse, tendrá usted que trabajar mucho para adaptarla exitosamente.
4.- Los negocios y la dirección profesional de empresas siempre están evolucionando. Por lo que ninguna teoría del éxito, herramienta, o modelo gerencial es definitivo. Lo último no siempre es lo mejor.
5.- Experimente parcial y rápidamente. Primero utilice la herramienta solo en un área o en un proceso de negocio. Si la herramienta es útil, muy pronto se percatara de ello. Si le resulta inútil, no habrá sobre comprometido su tiempo y su dinero.
6.- Desde un principio utilice indicadores de desempeño. Sea impaciente con los resultados graduales. Una herramienta que funciona arroja los primeros beneficios económicos desde etapas tempranas, y una herramienta que no funciona suele prometer beneficios exagerados, en plazos igualmente exagerados.
7.- Y recuerde. Nunca, nunca malgaste el patrimonio de los accionistas. Un centavo ahorrado es un centavo ganado.
Heriberto Ramos Hernandez
haramos67@hotmail.com
