El empresario Alejandro Martí, en su primera declaración pública sobre el secuestro y asesinato de su hijo Fernando, defendió su decisión de haber contratado a un negociador privado, derivada de su desconfianza en la policía.
“Nadie está preparado para un secuestro”, agregó. “Los que se lo llevaron eran uniformados y lo que menos queríamos era saber de la policía”.
Su hijo fue secuestrado en un retén por presuntos agentes judiciales. Además de Fernando Martí, también fueron privados de su libertad el chofer Jorge Palma Lemus, a quien asesinaron horas después, y el escolta Cristhian Salmones Flores, que se salvó de la muerte, quienes lo acompañaban.