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Más Allá de las Palabras / CHINA

Jacobo Zarzar Gidi

(UNA NACIÓN INCREÍBLE)

National Geographic publicó en su revista del mes de mayo de este 2008 una interesante investigación sobre China que hicieron sus columnistas y fotógrafos, de la cual extracto algunos párrafos porque los considero de suma importancia: La Catedral de San Ignacio en Shanghai, de un siglo de antigüedad, puede recibir a dos mil personas sentadas. No obstante, en las cuatro misas dominicales sólo hay sitio de pie. El fenómeno no es particular de Shanghai, según una encuesta aplicada en 2007 por la Universidad Normal del Este de China, 31.4 por ciento de los chinos de 16 años de edad y mayores dicen ser religiosos. De éstos, casi 300 millones de individuos, 40 millones, se identifican como cristianos, y existe amplia evidencia de que la población es mucho mayor y aumenta rápidamente. En 1949, la población católica de China era de entre tres y cuatro millones; hoy, el Holy Spirit Study Centre, de Hong Kong, estima que la cifra se aproxima a 12 millones. El fervor por el cristianismo no refleja una ruptura con la tradición. En china, las religiones occidentales aceptan aspectos de la cultura local, incluyendo la veneración de los ancestros. La oleada espiritual marca un agudo contraste con la rígida supresión de la religión que caracterizó a China durante los últimos casi 60 años. “Donde la represión fue mayor, más grande es el rebote”, dice Aloysius Jin Luxian, obispo católico de Shanghai, quien pasó 27 años en campos de trabajos forzados y en prisiones. Un gran número de gente de mayor edad forma parte del resurgimiento, pero el estudio muestra una concentración entre la juventud. El obispo Jin considera que el materialismo rampante (vulgar), es responsable, por lo menos en parte. “Las almas quedan más vacías que nunca -dice, lo cual deja espacio para que la religión se extienda”.

En China existen 350 millones de fumadores, de los cuales fallece cada año más de un millón, y cuesta más de seis mil millones de dólares en cuidados para la salud. La política del hijo único creó una generación de 90 millones de hijos únicos, que en los años futuros tendrán que mantener a sus padres. Por cada 100 niñas, nacen 119 niños. Según las proyecciones, para el año 2020, el número de hombres jóvenes solteros -llamados “ramas sin hojas”, será de 30 millones. De las mujeres chinas encuestadas, 45 por ciento dice que no quiere abandonar su profesión para casarse. Tres de cada diez familias chinas tienen abuelos viviendo con ellos. Pekín impone una política de sólo un perro, y prohíbe tener mascotas que midan más de 35 centímetros. Se espera que en diez años China supere a Estados Unidos como la economía más grande del mundo, y al mismo tiempo tiene la incidencia mundial más alta de muertes anuales provocadas por la contaminación del aire. Los chinos que viven en las ciudades, ganan más del triple que los rurales. Las protestas públicas aumentaron 50 por ciento el año pasado. Uno de cada cuatro habitantes de Pekín es un emigrante del campo. De los millonarios encuestados, 67 por ciento dice que sacrifica la salud por el dinero.

Una gran inversión educativa ha elevado el índice de alfabetización en el país a 91 por ciento, pero unos 85 millones de chinos aún no saben leer ni escribir. China posee el número más alto de usuarios de Internet, 220 millones. 31 por ciento de los chinos con 16 años de edad o más, dicen tener creencias religiosas, cuatro veces más que la estimación oficial de hace una década. El número de teléfonos celulares en China ha crecido de 87 millones en el año 2000, a 432 millones en la actualidad. La repentina prosperidad de China trae consigo libertades nunca antes soñadas, y por lo tanto nuevas ansiedades.

Los padres de familia se esfuerzan por educar a sus hijos, pero sienten que sus propios conocimientos son obsoletos; los niños, más en sintonía con las tendencias sociales, guían a sus padres a través del laberinto de la vida moderna. Debido a que los padres tienen tantas esperanzas fincadas en ellos, los niños figuran entre los más presionados; habitan un mundo en donde se combina lo antiguo con lo nuevo, el cual presenta los aspectos más duros de ambos. El deseo de fomentar el desarrollo integral de los estudiantes ha propiciado un exceso de actividades -lecciones de música, inglés, dibujo y artes marciales, cada una de las cuales se ha convertido en un campo de feroz competencia.

Hasta principios de los noventa, China producía casi todo el hidrocarburo que necesitaba para mantener su economía funcionando, pero el impresionante crecimiento en el transporte y la producción de plástico duplicaron el consumo del combustible. Las importaciones han aumentado más de seis veces en la última década mientras China corteja a países ricos en petróleo, como Angola y Sudán, otorgándoles inversiones y préstamos e ignorando la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. La demanda de China ha contribuido a que los precios del petróleo alcancen niveles récord, ocasionándoles problemas a las bombas de gasolina -y por consiguiente a los bolsillos de los conductores en todo el mundo.

El Río Amarillo ha sido durante siglos el Río Madre de la civilización China. Sin embargo, en los últimos años, la proliferación de fábricas, granjas y ciudades, derivada del auge económico, está agotando y extrayéndole, literalmente, hasta la última gota. Los pandas rojos, menos célebres que sus primos distantes blancos y negros, están amenazados por la caza y la pérdida de su hábitat. El hombre está matando las presas del leopardo de las nieves, como ovejas y cabras salvajes. Los osos negros asiáticos son enjaulados para extraer su bilis, usadas en la medicina tradicional. Las gacelas del Tíbet tienen que compartir ahora su territorio con el ganado. Sólo unos 100 gibones de Cao Vit viven aún en la frontera entre Vietnam y China. Como podemos darnos cuenta, el progreso acarrea grandes desgracias sobre todo ecológicas. El hombre, en su afán por sobrevivir “y progresar”, está destruyendo el único sitio que tiene para vivir. Es muy probable que en los años futuros, la nación China arrastre al resto del mundo a gravísimos problemas de contaminación, de escasez y de inflación.

jacobozarzar@yahoo.com

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