Por enésima vez el Sindicato Mexicano de Electricistas se salió con la suya y ante la amenaza de estallar una huelga que dificultaría enormemente la dotación del servicio eléctrico a la capital de la república y zonas aledañas, consiguieron enormes beneficios que no corresponden con la situación financiera de la empresa técnicamente en quiebra ni la calidad de su trabajo personal y sindical.
Es una auténtica paradoja que la empresa paraestatal que suministra la energía eléctrica a la enorme Ciudad de México se denomine Compañía de Luz y Fuerza del Centro, pero habiendo siendo coptada por el SME acabe haciendo mucha fuerza, pero aportando luz de pésima calidad por su servicio en general.
Sergio Sarmiento proporcionaba recientemente interesantes datos respecto de la quiebra real a la que ha llevado el SME a esta empresa desde todos los puntos de vista estratégica para el pleno desarrollo de la zona más poblada del país.
“Entre enero y octubre de 2007 –últimas cifras disponibles- L y F del C, reportó ingresos por venta de servicios por 35 mil 563 millones de pesos. Los costos de explotación, sin embargo, fueron de 62 mil 978 millones de pesos. En otras palabras la empresa gasta casi dos veces más de lo que vende.
“…En 2006, el último año para el que hay información completa, la pérdida por operación de la empresa fue de 33 mil 849 millones de pesos. La quiebra sólo se pudo evitar con un subsidio de 33 mil 530 millones de pesos de los contribuyentes”.
Pablo Hiriart reitera la aseveración recordándonos que “la Compañía de Luz y Fuerza del Centro es el único monopolio conocido, en el mundo, que pierde dinero.
Las pérdidas de Luz y Fuerza del Centro eran de 12 mil 951 millones de pesos en 2001. Sus pérdidas operativas en los cinco años recientes son de 124 mil millones de pesos.
En los primeros nueve meses del año pasado, Luz y Fuerza del Centro perdió 24 mil 625 millones de pesos.
Enrique Quintana, apuntó que el monopolio de la luz en el Centro del país pierde todos los días, en promedio 91 millones de pesos.
La empresa, obviamente, está quebrada. Sus deudas equivalen a 24 veces el valor del capital de Luz y Fuerza del Centro, apuntó hace algunos meses el periodista Ernesto Sarabia.
Y la productividad es raquítica: 33% más apagones que la CFE, y para instalar un servicio tarda cinco días, contra un día que demora la CFE. Tiene más del doble de reclamos que la CFE por mal servicio, aunque atiende a menos de la cuarta parte del número de usuarios de la CFE”, teniendo casi el mismo número de empleados, que justifican sus sueldos entorpeciendo cualquier acción tendiente a descomplicar la vida a los sufridos clientes de su servicio, que no tienen modo alguno de reclamar sus incompetencias.