La “Megabizcocho” le dio hasta con la maceta a Paulina Rubio en su show. (El Universal)
Reestrena Regina Orozco su espectáculo Rosa Mexicano, con la novedad de una burra en el escenario.
La cantante Regina Orozco reestrenó el viernes por la noche su espectáculo Rosa Mexicano, en el que precisamente aparece montada en un burro para cantar dos corridos: La Valentina y La Adelita.
Al final de la función se enteró que su representante recibió un correo electrónico con la invitación para presentar dicho espectáculo en un festival cultural de Grecia.
“Todavía no sé muchos detalles porque el correo estaba en griego”, dijo Regina con ese humor que la caracteriza y que también es su elemento más importante en el escenario. Durante las escenas del burro, era notorio que el animal estaba nervioso por el debut, no respetaba el marcaje escénico y tiraba lo mismo para el proscenio que para la piernas del escenario.
Luego se supo que no era burro, sino burra, que se llama Regina y que su nerviosismo era normal.
“No tuvimos tiempo para ensayar porque llegó justo una hora antes de la función”, dijo Regina.
Rosa Mexicano es un espectáculo original, novedoso, bien pensado y ubicado en ese complicado límite de la parodia y la crítica social.
Orozco hace un recorrido de la historia de México a través de rutinas y canciones en las que introduce valiosos elementos visuales como el caso de “Delgadina”, canción que interpreta mientras de su vestido se desprenden dibujos de Ahumada que ilustran la letra.
Estrenado hace un año, el espectáculo presenta dos innovaciones: la incorporación del burro y la de otra escena en trajinera.
Esta última implica una invitación a cinco hombres del público para que se suban a la trajinera. Una vez en el escenario, los voluntarios son convertidos en “Mises”: les ponen peluca y una banda que los identifica como “Miss Appo”, “Miss Voto por voto”, “Miss Salinas”, entre otros.
El show también le permite a la cantante decir verdades: “Por favor, mis discos no los compren piratas, compren piratas de la Paulina Rubio, pero no olviden que una hace su luchita”. Luego de la función explicó: “No me importa que Paulina se enoje, primero que tome unas pastillas para la garganta, que tome clases de canto unos ocho o 10 años y ya luego veremos”.
