Tres adolescentes blancos fueron acusados hoy de matar a golpes a un indocumentado mexicano en una pequeña población minera del noreste de Pensilvania.
Brandon J. Piekarsky, de 16 años y Colin J. Walsh, de 17 años, fueron acusados como adultos, pese a ser menores de edad, de homicidio e intimidación contra Luis Ramírez, que murió tras un ataque el 12 de julio.
Un tercer adolescente, Derrick M. Donchak, de 18 años, fue acusado de agresión con lesiones graves, intimidación contra el representante de un grupo étnico, y otros cargos. Los tres provienen de la población de Shenandoah, donde se registró el ataque.
Ramírez, de 25 años, fue muerto a golpes, luego de discutir con un grupo de jóvenes entre los que había jugadores de futbol americano de un colegio secundario.
"Como resultado de este crimen, un joven perdió la vida. Muchas otras vidas han sido destruidas y el condado de Shenandoah está afectado por tensiones entre muchos grupos étnicos", dijo James Goodman, fiscal del condado de Schuylkill.
"Ahora que se han formulado acusaciones ... dejemos que el caso sea administrado por el sistema de justicia penal", añadió.
La policía dijo que unos seis adolescentes participaron en la desigual pelea, que concluyó cuando Ramírez sufrió convulsiones y cayó al suelo con espuma en la boca. Murió el 14 de julio, tras sufrir lesiones en la cabeza.
Crystal Dillman, la novia de la víctima, de 24 años, también de Shenandoah, ha dicho que Ramírez era insultado con frecuencia, y se lo calificaba de "dirty Mexican" (mexicano sucio).
Los abogados de Piekarsky y Walsh dijeron que sus clientes eran inocentes y que no había evidencias para respaldar los cargos de homicidio.
Donchak se negó a formular comentarios.