Las pruebas matemáticas en edades tempranas reportan resultados parejos, pero la situación cambia a los 13 años. (Archivo)
A pesar de que la tendencia de mujeres matemáticas es creciente, la proporción sigue baja
Las aulas donde enseñan matemáticas suelen tener minoría femenina. Aunque las cifras varían por institución, en general, las mujeres no representan más de 30%. Según especialistas, esta configuración responde a factores sociales que ponen en desventaja su formación cultural y les impide una lógica de respuesta similar a la de los hombres, al menos así se refleja en evaluaciones de opción múltiple.
A pesar de que la tendencia de mujeres matemáticas es creciente, la proporción sigue baja. En el IPN, por ejemplo, en el área Físico-Matemáticas, el promedio oscila entre 24% a 26%, de nivel medio superior a posgrado. La Sociedad Matemática Mexicana cuenta con 314 socios, de éstos 92 son mujeres.
Rosa María González Jiménez, investigadora de la UPN y autora del libro Género y Matemáticas, afirma que las formas de socialización construidas desde la infancia tienen mucho qué ver, “a ellos se les da juguetes —coches, dados, trompos, rompecabezas, etcétera— que favorecen sus habilidades y les permite rotar imágenes, a las mujeres no”.
Romper tabúes
Las pruebas matemáticas en edades tempranas reportan resultados parejos, pero la situación cambia a los 13 años. Clara Garza, del Instituto de Matemáticas de la UNAM, asegura que la presión social es apabullante e influye en el desarrollo profesional, “se considera que el hombre tiene que estudiar una carrera que le permita sostener una familia y a la mujer ocuparse de ésta. Así, en ellos se ve bien ser ingenieros, en nosotras no”.
En esto coincide Martha Tronco, coordinadora de Gestión con Perspectiva de Género del IPN, quien además advierte que las matemáticas están cargadas de tabúes que las hacen ver difíciles, “las enseñan en abstracto, por eso se cree que son para quien tiene un coeficiente intelectual mayor”.
Las expertas critican los límites de edad para seguir estudiando, “luchamos contra un reloj biológico que a ellos no les afecta, debemos decidir si es tiempo o no de hacer una familia”.
Respuestas por género
Con estudios internacionales en mano, Hugo Aboites, investigador de Educación en la UAM, confirma que hay factores sociales que ponen en desventaja a las mujeres en exámenes matemáticos con opción múltiple. Debido a que ellas son educadas para ser menos activas, en esta modalidad de exámenes pueden abstenerse, si no están seguras, de una respuesta, mientras que el hombre se arriesga y contesta. Esta observación hizo que Organismos No Gubernamentales y académicos presentaran una queja ante la CNDH, pero no prosperó. En junio propusieron una lista de acciones a la SEP y están en espera de respuesta.
Posponen planes de boda por el álgebra
Aseguran que no encajan en el rol que la sociedad atribuye a las mujeres. Saira, Marisol, Nora y Areli, egresadas del IPN, no sólo comparten su gusto por las matemáticas, también tienen claro que en el corto plazo no habrá bebés ni planes de boda: “Estamos enfocadas a la carrera”, afirma Marisol Arroyo.
Ellas crearon un sistema informático para apoyar la enseñanza de las matemáticas al notar las calificaciones reprobatorias de estudiantes de secundaria. También les preocupa que haya un contexto sociocultural que pone obstáculos a las estudiantes. Tan sólo en la televisión se dice que los hombres están destinados a determinadas carreras y que éstas no son para las mujeres”, sostienen.
En sus grupos siempre predominaron los hombres. “De 40, éramos siete mujeres”, recuerda Saira Juárez. La sociedad marca pautas de género: “Las ingenierías para ellos, las humanidades para nosotras”. Ella estaba en médico-biológicas “pero me gustaron más los problemas de álgebra y me metí a la Escuela Superior de Cómputo (IPN)”.
Para Marisol las matemáticas siempre han sido fáciles. Cuando anunció a sus amigos la carrera que estudiaría le dijeron: “Métete a otra, a una para mujeres”. Nora Arroyo señala que en México no hay una cultura para aprender matemáticas “es un factor sociocultural. El Gobierno no se preocupa, no hay actualización docente o innovación de programas”.
El padre de Areli Rodríguez es maestro y le influyó positivamente, “a mis hermanas no les gusta la materia. Para mí es interesante porque encuentras explicación de todo, a diferencia de otras ciencias, las matemáticas sí se pueden comprobar”.
Sugieren revolucionar la enseñanza con ejemplos de la vida cotidiana. Así lo aplicaron en el sistema informático del IPN que contiene varios ejercicios para que los estudiantes se preparen, “no se trata de sólo aprender fórmulas sino aplicar las matemáticas a diario, en lugar de mecanizar conceptos, fomentar el razonamiento”.
La clave: buenos maestros Expertos opinan:
Mario Pineda, jefe del Departamento de Matemáticas en la UAM, afirma que cada vez hay más mujeres en Matemáticas, Física y Química, aunque existe rechazo hacia ellas. “Desde la primaria debe procurarse que los maestros hagan bien su trabajo”.
Anabel Arrieta, de la Coordinación de Física en la UIA, dice que las matemáticas, por tradición, están hechas por hombres, pero el tipo de conocimiento y habilidades de ellas arrojarían un resultado
distinto.