El futbol mexicano, como espejo de la vida social de nuestro país, tiene una serie de códigos secretos, claves extrañas y mensajes ocultos que hay que estar muy atento para descifrar.
Ejemplos sobran, pero hoy quiero referirme a la “resurrección” de ese crack en eterna promesa que se llama Nery Castillo.
Aquí es importante aclarar que, para que los recados entre líneas puedan surtir efecto, es indispensable tener una flaca memoria colectiva y de esa manera olvidar la cantidad de desaires que este simpático mozuelo hizo al Tricolor cuando la novela se llamaba “vendrá o no vendrá” escrita, una parte, por Ricardo La Volpe y completada por la pluma inmortal de Hugo Sánchez.
Primero, el inefable Jorge Vergara anuncia, con bombo y platillo, la contratación del potosino como refuerzo de Chivas en la Copa Sudamericana. El mensaje para sus jugadores no puede ser más claro ni desalentador: Como son unos maletas, ahí les viene un delantero de a deveras. Afortunadamente la burocracia de la Liga Premier impidió el desaguisado y los atacantes rojiblancos dieron una gran demostración ante River Plate y América.
Luego, el propio Castillo le manda decir a Sven Goran Eriksson su propia decepción y larga espera puesto que, pese a ser él quien lo recomendó para tomar las riendas del Tri, el sueco, malagradecido y falaz, no lo ha convocado a la Selección.
Ahora resulta que el llamado “equipo de todos” sirve para pagar supuestas deudas o compromisos contraídos con anterioridad, sin importar el nivel del jugador pero lo peor, es que Nery se saldrá con la suya, va usted a ver por qué.
Resulta que Justino Compeán, salta a la palestra con otro mensaje sin desperdicio; en él, manifiesta que por supuesto, Castillo será convocado y para justificar su dicho, aduce que el joven está desesperado por no tener actividad con su club y, destrozado emocionalmente, a punto de cortarse las venas con el filo de una galleta salada.
La pregunta que surge es: ¿Ahora Justino es quien hace las convocatorias? Porque hasta donde se sabe, es al cuerpo técnico del Tri a quien le compete este asunto y la selección no es el pabellón del sanatorio para restañar heridas o resanar desórdenes emocionales.
Todo esto parece la preparación de un escenario donde Nery Castillo, sin nivel de juego y nulos méritos, será convocado para el amistoso de Phoenix y además, va a alinear.
El manoseo en todo su esplendor pero, qué caray, el público aguanta eso y más. Todo será cosa que el sector de la prensa que cree debe apoyar hasta la ignominia al proyecto Eriksson diga que se trata de una buena convocatoria y de que el chico aproveche la calidad del rival para hacer un golecito, para que se trate de una anécdota en la historia de nuestro representativo nacional.
Nada más que ahora, ¡aguas con el precedente!, porque ahora todo aquel que grite se sentirá con derecho al llamado de don Sven.
