Finanzas Buen Fin Aguinaldo FINANZAS PERSONALES Buen Fin 2025

Mercados pesimistas

Salvador Kalifa

Los mercados bursátiles globales han estado bastante agitados en semanas recientes, en particular porque se están dando cuenta de que las repercusiones de la crisis del mercado hipotecario en Estados Unidos (EU) sobre la actividad económica estadounidense, serán más severas y duraderas que lo previsto al inicio de la primavera.

Los altos precios del petróleo y otras materias primas sólo vienen a complicar más este panorama. Elevan las presiones inflacionarias y acotan substancialmente el margen de maniobra de los bancos centrales, que difícilmente podrán darse el lujo de relajar la política monetaria en el futuro próximo.

La economía de EU parece que no podrá evitar pagar por los excesos que incurrió, primero durante la época del auge de las acciones tecnológicas y, más recientemente, por la burbuja especulativa en el sector de vivienda, que fue resultado precisamente del relajamiento de la política monetaria para evitar los daños de la crisis bursátil del 2000.

Esta problemática ya la comienzan a reconocer los inversionistas bursátiles, que llevaron el Dow Jones (DJ) a territorio pesimista durante el mes pasado. Los analistas consideran que se presenta un mercado pesimista (bear market) cuando el índice bursátil se contrae 20 por ciento o más en relación con el máximo alcanzado en el auge.

Eso ya ocurrió en EU. El DJ registró un máximo histórico de 14,164.53 el 9 de octubre de 2007, pero en varias ocasiones durante julio y en los primeros días de este mes estuvo por debajo de los 11,300 puntos.

De hecho, los mercados de las 23 naciones desarrolladas en el índice mundial MSCI, salvo el de Canadá, han experimentado contracciones de 20 por ciento o más desde sus máximos del año pasado, lo que los coloca a todos en el campo pesimista.

La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) no se ha podido aislar de este entorno, en particular desde que comenzó el verano. En efecto, el descenso bursátil en México ha sido similar al registrado en EU, por la estrecha vinculación que nuestra economía tiene con la estadounidense.

El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV está en el umbral del territorio pesimista. La caída de este lunes lo colocó casi un 20 por ciento por debajo de su máximo histórico de 32,836.12 puntos, que alcanzó el 18 de octubre del año pasado.

En este contexto, los inversionistas se preguntan, y con razón, ¿Qué se puede esperar de los mercados en las semanas y meses siguientes? ¿Habrá pronto un repunte que lleve los indicadores bursátiles a nuevos máximos o nos encontramos más bien ante una turbulencia que puede ser prolongada y dolorosa?

Los siempre optimistas analistas de Wall Street confían que el piso ya se tocó y que se registrará un repunte superior al 20 por ciento en los indicadores bursátiles estadounidenses en lo que resta del año. Algo similar nos dicen los analistas en México. Quisiera compartir ese entusiasmo, pero todavía es muy temprano para llegar a una conclusión definitiva al respecto. Hay, eso sí, elementos de juicio que sirven para normar el criterio con el que se habla de las perspectivas inmediatas, y lo lamentable del caso es que en estos momentos esos elementos no son favorables.

En particular, no podemos descartar que empeore la situación económica en los meses próximos, en particular si se profundizan las crisis financiera e inmobiliaria estadounidense, lo que afectaría considerablemente los resultados de las empresas y ocasionaría un descalabro adicional en los mercados bursátiles.

Tengo, por tanto, serias dudas respecto a que se materialicen esas expectativas tan optimistas. El año aún no termina, y muchas cosas pueden pasar en el segundo semestre, pero sigo pensando que no hemos visto el final de la tragedia hipotecaria en EU, por lo que los rendimientos en su mercado bursátil dejarán mucho que desear en lo que resta del año.

En dicho contexto, el panorama bursátil para México no se ve muy halagüeño. Por un lado, no olvidemos que las perspectivas de la BMV están íntimamente vinculadas a la suerte que corran los mercados financieros estadounidenses.

Un repunte aquí dependerá, para todo fin práctico, de un repunte allá. Como señalé antes, esto por ahora se antoja bastante difícil, en particular porque todavía no se acaban las malas noticias relacionadas con su crisis inmobiliaria.

En síntesis, la mayoría de los elementos de juicio disponibles a la fecha no son muy favorables para las perspectivas del mercado bursátil en México. Considero que la volatilidad seguirá siendo la norma de los mercados en lo que resta de este año, ya que faltan varios meses para conocer el alcance completo de las crisis inmobiliaria y financiera en EU.

Por otra parte, parece difícil que dentro de esta mayor volatilidad y con resultados mediocres de la mayoría de las empresas mexicanas podamos ver un repunte significativo de la BMV en los próximos meses.

Esto presenta una visión sombría del panorama inmediato de los mercados bursátiles en ambos países, que saldrían muy bien librados si no sufren descalabros adicionales antes de que inicie la recuperación económica, que en el mejor de los casos sería hasta el 2009.

No hay duda que la compra de acciones representa la mejor inversión de largo plazo, pero ello no significa que los mercados bursátiles están exentos de sufrir periódicamente algunos descalabros. Esta es una de esas ocasiones.

En consecuencia, los inversionistas necesitan mucha paciencia y un buen estómago para sortear la turbulencia que caracterizará la evolución de los precios de las acciones en los meses siguientes.

Leer más de Finanzas

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Finanzas

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 369966

elsiglo.mx