La algarabía mexicana se hizo presente durante la Clericus Cup, torneo de futbol avalado por El Vaticano. (Notimex)
Mater Ecclesiae, el equipo con mayor número de mexicanos en el “mundialito” de futbol avalado por El Vaticano, se consagró ayer campeón de la segunda temporada del torneo, llamado oficialmente Clericus Cup.
En un agónico cotejo, la escuadra representativa del colegio religioso romano, administrado por la congregación Legionarios de Cristo, se impuso 2-1 en la final al campeón anterior, Redemptoris Mater.
Los goles fueron del colombiano Wilson Botero y el boliviano Miranda Ramber en un partido en el que los mexicanos -de playera azul con vivos blancos- fueron animados por una numerosa porra que entonó los clásicos “sí se pudo” y “Cielito lindo”.
La alineación inicial del Mater incluyó seis mexicanos: Eriksel de la Cruz (portero), Daniel Dino, César Astorga, Javier Arreola, Francisco Villagómez, y Edwin Aburto, así como el entrenador Marco Rosales.
Completaron los titulares Ramber, Botero, Rolando Laime (Bolivia), Lucas Run Nai (Myanmar) y Salomón Mmoo (Camerún).
Los equipos salieron al campo central del Oratorio San Pietro de Roma poco después de las 11:00 horas locales (09:00 GMT) y de inmediato la afición comenzó su aliento desde las gradas.
El entrenador del Mater Ecclesiae paró de inicio una formación 4-3-3, netamente ofensiva, pero eso permitió corridas veloces por el andaribel derecho de Francesco Voltaggio y Carlo Zornada, centro delanteros del Redemptoris, de camiseta amarilla y azul.
Con sufrimiento, la defensa azteca pudo despejar numerosas ocasiones de peligro, pero pasado el minuto diez del primer tiempo la tensión subió a tope tanto que el conjunto del Mater debió pedir un tiempo muerto para calmar los ánimos.
El grito unánime pidió calma, mientras dos sacerdotes de riguroso traje negro y alzacuellos debatían junto al banco de los suplentes legionarios la pertinencia de una salida con los pies del portero materista.
Ni la presión de los equipos o el intenso sol sobre el campo permitieron romper el 0-0 de la primera mitad. Fue después del medio tiempo cuando el técnico mexicano rearmó su estrategia y salió a la segunda mitad con un cuadro 4-3-2-1.
La estrategia funcionó rápido y al minuto tres una larga corrida por la derecha de Botero culminó con un remate cruzado que el portero Simone Pegoraro no pudo parar, era el 1 a 0 del Mater Ecclesiae.
La algarabía duró poco porque un minuto después una carambola en área azul permitió al número diez del Redemptoris, Giacomo Piermarini, anotar el empate.
De allí hasta el final, el encuentro se hizo peleado, pero con una lectura más inteligente del conjunto tricolor que supo aguantar con decisión y, con la entrada del salvadoreño David Pineda, darle profundidad al ataque.
Una serie de choques en el área auriazul dio la oportunidad a Ramber de poner la pierna y mandarla al fondo para el delirio de la porra y del “materman”, la mascota del equipo que acariciaba en ese momento el campeonato.
El resto fue agonía, el Redemptoris atacó desordenado hasta el último minuto con más voluntad que calidad, mientras el Mater Ecclesiae buscó manejar la diferencia; sin cambios en el resultado el silbatazo final desató la alegría.
La Clericus Cup, torneo exclusivo para religiosos, cerró este fin de semana su segunda temporada con dos partidos que definieron los primeros cuatro puestos: Mater Ecclesiae (1), Redemptoris Mater (2), Ucro (3) y Colegio Norteamericano (4).
En la primera edición, el Mater Ecclesiae quedó en la tercera posición tras perder en semifinales por tiros desde el punto del penal.