Uno de los hábitos que en México la gente debería dar mayor importancia es: pensar en relaciones de ganar-ganar.
Si México quiere ser un país altamente efectivo y no morir en el camino, debe moverse a la economía del conocimiento. “La gente mexicana suele convertirse en víctima de sus circunstancias y es por ello que deben cambiar la educación en el sentido de que deben volverse mucho más proactivos en vez de engancharse en la situación económica, gubernamental, hay que buscar vertientes”, asegura Stephen Covey, especialista en temas de liderazgo.
Covey se graduó como Maestro en Administración de Empresas por la Universidad de Harvard, obtuvo su doctorado en la Universidad Brigham Young y es cofundador de la firma global FranklinCovey, la cual ofrece servicios profesionales, venta de libros relacionados con entrenamiento y herramientas de productividad, tanto para individuos como para organizaciones.
Escribió los libros: “Los sietes hábitos de la gente altamente efectiva”, por el cual es reconocido en todo el mundo, “El octavo hábito”, “Los siete hábitos de las familias altamente efectivas”, entre otros, es especialista en liderazgo y consultor. Covey estará en México la próxima semana para dar una conferencia en ExpoManagement.
Para el especialista, los hábitos que en México la gente debería dar mayor importancia son: pensar en relaciones de ganar-ganar (es importante buscar el mutuo beneficio antes de ver únicamente los intereses propios) y procurar comprender primero y después ser comprendido. El lema de Covey es que en la relación con cualquier persona se pierde mucho si uno no se toma el tiempo necesario para comprenderla. “Me parece que deben estar en la mente de toda la gente que quiere salir delante de manera efectiva”, agrega.
Asegura que las personas que no son productivas o no rinden al 100 por ciento en su trabajo es porque seguramente no se sienten motivadas, pero también porque “en muchas ocasiones son egoístas y sólo miran sus intereses personales”. Por eso, agrega, es indispensable insertar hábitos, tener iniciativa y responsabilidad. “Sin esos dos factores no se puede hacer nada, no se puede emprender ningún reto. Lo que sucede en Latinoamérica es que la gente se hace víctima de las circunstancias y deja de ser un agente de cambio en su entorno. Eso entonces los hace menos productivos”.
Dice que una de las técnicas más efectivas y eficaces para motivar al personal y lograr la productividad deseada, es mediante el enriquecimiento del empleo. A través de la expansión vertical del puesto para incrementar el grado en el cual el empleado controla la planificación, ejecución y evaluación de su trabajo. También considera importante el crear “unidades de trabajo naturales”, en las cuales las tareas de cada empleado sean parte de un todo, lo que permite a cada uno ver su trabajo como significativo, en vez de parecer aburrido.
En su opinión, el líder no se hace, nace, pero debe aprender a buscar el beneficio colectivo y no el personal, “quien comprende esta premisa, está llamado a transformar su entorno y a forjar nuevos liderazgos a favor de un bien común”.
En el caso de que los empleados vean un proyecto como una amenaza, Covey cuenta que muy probablemente gastarán más energía en tratar de mantener el control o quizás se vuelvan menos activos en lugar de trabajar para lograr el objetivo en común. En tal caso, es necesario que los líderes mantengan una gestión efectiva y que compartan una visión estratégica. “Establecer valores en común y compartir una cultura empresarial reemplazará los miedos eventuales con una relación basada en la confianza”. Además de implementar una metodología de trabajo en equipo y que los empleados participen para respaldar el proyecto. La motivación les facilitará aportar e implementar ideas que han propuesto ellos mismos.
Como claves necesarias para que una persona sea efectiva, sin importar cuál es su rol dentro de la organización, Covey sugiere: ser proactivo, tener un fin en la mente, “establecer primero lo primero”, pensar en ganar-ganar, procurar primero comprender y luego ser comprendido y aprender a hacer sinergia.
En cuanto a los jefes comenta: conocimiento de los empleados, dar retroalimentación constante para mejorar el desempeño, dar buen ejemplo, dirigir auditorias periódicas de la organización y establecer medidas para el crecimiento de los trabajadores. “Necesitamos líderes integrales, con un mensaje constructivo y que prediquen de manera ejemplar, que ayuden a sus semejantes a desarrollarse de manera global: material, intelectual y espiritualmente”, destaca.
Asimismo, dar a conocer el rol de los empleados en la organización, asignarles responsabilidades, pero también, establecer objetivos que los motiven, e implementar planes de capacitación personalizados, que incentiven a las personas a mejorar sus habilidades para alcanzar sus propios objetivos.