Según parece, en todas partes se cuecen habas. Y eso de andar falsificando documentos para hacerse pasar por lo que no se es, y resultar muuuuy imaginativo a la hora de redactar el currículum vitae, no es privativo de futbolistas ni de funcionarios menores.
En el caso que nos ocupa, resulta que el Ministro del Interior de Irán, un tal Alí Kordan, se había presentado con numerosos títulos académicos, incluido un doctorado honoris causa de una universidad británica.
Algún metiche se puso a revisar la documentación, y descubrió que el doctorado de Kordan sencillamente nunca existió. Más aún: que tampoco sus títulos de licenciatura y maestría eran de donde Kordan había dicho que eran.
Lo peor es que, después de la descobijada, Kordan trató de sobornar a algunos diputados que habían pedido su destitución. Por debajo del agua, se les ofreció a algunos legisladores un cheque por cinco mil dolarucos “para obras pías y reparar mezquitas”.
El parlamento iraní no se dejó impresionar, y votó mayoritariamente para destituir a Kordan de su importante puesto. Lo cual constituye un fuerte golpe para quien lo había designado, el presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Éste lo había impuesto en contra de numerosas opiniones en contra, apenas el pasado agosto; y declaró que desconocía el despido efectuado por el Parlamento. Así que, lo que se columbra en el horizonte, es un pleito entre el Ejecutivo y el Legislativo de ese conflictivo país.
Además, éste es el décimo ministro que tiene que salir del Gabinete de Ahmadinejad. Y la Constitución iraní establece que al undécimo ministro corrido o renunciado, el Gobierno tiene que someterse a un voto de confianza.
Evidentemente, Ahmadinejad no está muy cómodo con semejante escenario, y por eso no quiere que lo dejen en la tablita.
El ahora exministro Kordan se defendió alegando que se le habían traspapelado algunos documentos, y que él creyó que el doctorado sí se lo habían otorgado “por haber escrito un artículo”. Además, sugirió que el escándalo fue provocado por una filtración ¡de la Inteligencia israelí! Como se puede ver, las teorías del compló también pululan en todas partes.
El fondo del asunto, dicen los que saben, es que Ahmadinejad no las tiene todas consigo, y cada vez se enfrenta a una mayor oposición a sus políticas de mano dura dentro de la enrevesada y compleja política iraní.
Y es que muchos políticos no están muy contentos con la manera en que Irán se ha metido en líos por diversos asuntos, como el del programa nuclear y los exabruptos del mismo Ahmadinejad, que han sido criticados por muchos gobiernos y grupos sociales del planeta entero.
Quizá de cómo se resuelva esta crisis dependerá la estabilidad de Irán en el futuro próximo. Y créanme, a todos nos interesa la estabilidad del país que es la llave del Golfo Pérsico, y con las segundas reservas mundiales de petróleo. Oh, sí.