Ayer el primer nogal abrió su primer brote.
Yo me alegré, porque eso es seguro anuncio de días primaverales. Árbol sabio, el nogal empieza a hacer su fronda sólo hasta que el tiempo invernal se ha ido definitivamente. Sabe bien que el invierno se va, y que la primavera vuelve.
Yo quisiera tener la sabiduría de este amigo que me saluda con sus ramas cuando paso junto a él. Encuentro en el nogal una lección: la vida es eterna vida, y aunque no acaba nunca empieza siempre una y otra vez.
Sé que mi vida acabará. Sé que mi vida empezará de nuevo. Me lo dice alguien a quien no veo. Pero me lo dice también el nogal, a quien sí veo. Con su primer brote renacen también mi esperanza y mi fe.
¡Hasta mañana!...