Me habría gustado conocer a aquel poeta ruso cuyo nombre nadie registró.
Disidente político, fue condenado a muerte por el Zar, e iba a ser ahorcado. En el momento del suplicio un sacerdote le acercó al reo una imagen de Jesús crucificado para que la besara. El hombre la rechazó, y dijo al sacerdote:
-Aquí se está cometiendo un sacrilegio, padre. Unos hombres van a quitar a otro la vida que el Señor le dio, y que sólo Él puede quitarle. Denuncie usted el crimen, y no traiga a Cristo aquí.
Me habría gustado conocer a ese hombre. Sabía que las religiones bendicen muchas veces la muerte en vez de proclamar lo sagrado de la vida.
¡Hasta mañana!...