Yo creo que el art nouveau lo inventó una libélula.
En este caso fue el arte el que imitó a la naturaleza, y no la naturaleza la que copió al arte, como decía Wilde.
Los niños del Potrero llaman "caballito del diablo" a la libélula.
A mis nietos les digo yo que ese nombre no es bueno. ¿Cómo puede ser del diablo una criatura tan gentil y leve como la libélula, que ahora está y luego ya no está?
Les digo yo a mis nietos que nada pertenece al diablo. Todo es de Dios, y todo participa de su ser divino. Dios es la vida; en todo lo que tiene vida Dios está.
Lo que no tiene vida ahora, tendrá vida después.
Alguna vez la piedra será libélula también.
¡Hasta mañana!...