Me habría gustado conocer -no sé su nombre- a Escalante Palma, "Pierrot", personaje de la Ciudad de México en los primeros años del pasado siglo.
Yucateco de origen, era hombre pequeñito, romántico y bohemio. Periodista, pertenecía a la especie de los que se llamaban "combativos". No publicaba una crítica que no fundara en hechos, pero una vez que la publicaba nada lo hacía desdecirse.
En cierta ocasión denunció los latrocinios de un mal funcionario, y dijo de él que era un ladrón. El hombre lo buscó y le propinó una paliza que le rompió la boca y lo tiró por tierra.
-¡Anda! -retó el bribón al caído-. ¡Dime ahora ladrón!
"Pierrot", sangrante y sin sentido casi, no podía hablar; pero desde el suelo le siguió haciendo a su victimario, con la mano, el gesto que se usa para tildar a los ladrones.
Me habría gustado conocer a este Escalante Palma. Sabía que aun caído, desde abajo, y sin palabras, quien tiene la verdad puede proclamarla.
¡Hasta mañana!...