Las coplas son creación de ese gran poeta, el mejor de todos, que es el pueblo.
Son muy bellas las coplas populares. Tienen gracia y hondura -quiero decir que tienen forma y fondo-, y tienen también sabiduría.
Las mejores coplas que he escuchado las he oído en Veracruz, la Andalucía de México, o en labios de andaluces, los jarochos de España. He aquí ésta que en el Café de La Parroquia oí:
¿El mejor amigo? Dios.
¿El mejor pariente? Un peso.
¿El mejor saber? La vida.
¿La mejor habla? El silencio.
En una copla así hay más filosofía que en todos los filósofos del mundo, y más sapiencia que la que se enseña en todas las universidades. Alguien dirá que la copla tiene un cierto dejo de cinismo. Pero en ella hay mucho sentido común. Y el sentido común es siempre así: un poco cínico.
¡Hasta mañana!...
