Me habría gustado conocer a Santo Domingo de Guzmán.
En su última hora, ya casi en agonía, pidió a sus frailes que lo sacaran en su camastro a la viña del convento, pues quería morir en medio de las vides. En medio de la vida, digo yo.
Ante sus hermanos hizo entonces relación de sus culpas y confesó una:
-Siempre me gustó más conversar con las mujeres jóvenes que con las viejas.
Me habría gustado conocer a Santo Domingo de Guzmán. Entre las vides, en los umbrales de la muerte, recordó la vida.
¡Hasta mañana!...