Yo no creo aquello de que “Una fotografía dice más que mil palabras”. ¿Qué fotografía sería capaz de decir: “Una fotografía dice más que mil palabras”?.
El otro día, sin embargo, vi en un periódico norteamericano una fotografía que me causó mucha impresión, tanta que con palabras no la podría describir. Mostraba a una hembra de pato seguida por cuatro patitos. La foto no tendría nada de particular de no ser porque el ave tenía atravesado el pecho por una larga flecha.
Desde hacía varios días, explicaba el pie de grabado, un grupo de voluntarios trataba de capturar al ave para sacarle la flecha y darle adecuado tratamiento. Algún cazador la había herido una semana antes, y desde entonces vivía penosamente con la aguda saeta traspasándola.
Un acto de crueldad así, cometido contra una de las pequeñas criaturas que habitan en el mundo, es un acto que ofende al mundo todo, a la belleza de la vida, a la dignidad misma del hombre como ser capaz de compasión. Matar por el placer de matar es un bárbaro placer. En el amor a las criaturas que lo acompañan en el mundo debe el hombre fincar su calidad humana.
¡Hasta mañana!...