HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
Sonaba y resonaba la tempestad con furia.
Ululaban los vientos. Por todos los ámbitos se alargaba el tremendo fragor de la tormenta.
Del uno al otro lado de la concavidad del mundo se oía el tronar del rayo, y su rudo rugir ronco rasgaba y rompía la redonda tierra.
Silbaban todos los aires; golpeaba el granizo sobre la roca; el estruendo de las aguas desatadas ensordecía; estallaban todos los estrépitos del aquilón.
Adán y Eva, sobrecogidos de terror, oían aquello y se tapaban inútilmente los oídos.
-¿Qué está haciendo el Señor? -preguntó Eva.
-No sé -respondió Adán espantado-. Ha de estar haciendo a Wagner.
¡Hasta mañana!...