Fonje. Livor. Membranza. Flavo. Frisa. Enhestado. Interlunio. Joyante. Gualdo. Pungido. Cloque. Tejaroz...
Flocadura. Capacho. Lagotera. Barjuleta. Favila. Monteladura. Ringuilinera. Rucho. Agavanzo. Chipitel...
Gurar. Guarrapa. Tángano. Falaje. Hormazo. Escaramujo. Sebe. Solombra. Sagrativo. Soniquete. Cachaya. Rolde. Carasol...
Todas esas palabras las hallé ahora que en un viaje a Santander volví a leer “La esfinge maragata”, de Concha Espina.
A mí me gustan mucho las palabras. De ellas vivo. Cada palabra tiene su encanto y su misterio. Aquéllas que arriba puse son como extrañas piedras halladas a la orilla del camino, gemas que no conocemos y que jamás volveremos a mirar.
¡Cuán rico es nuestro idioma, y cómo lo empobrecemos!
¡Hasta mañana!...