El cementerio de Ábrego está en medio del campo. Quienes vivimos en el rancho somos, todos, vecinos del panteón.
Me dice don Abundio con su modo sentencioso de hablar:
-¿Se ha fijado usted, licenciado, que todas las propiedades colindan con el cementerio?
Por el tono en que habla siento que hay en sus palabras algo más que un dato de localización. Percibo en ellas un dejo de filosofía.
Es verdad: todas las propiedades, aunque no estén cerca del cementerio, son sus vecinas. No hay que dar mucha importancia a las cosas. De una manera u otra todas colindan con el cementerio.
¡Hasta mañana!...