Me habría gustado conocer a San Martín de Tours.
Caballero, vio a un pobre que temblaba de frío. Tomó la espada, partió su capa en dos y dio la mitad al infeliz que tiritaba.
-¡Pero, señor! -protestó uno de sus hombres-. ¡La capa que partiste era muy rica!
-Tan rica -contestó él- que era digna de ese pobre.
Aquella noche el futuro santo soñó a Jesús, que le decía al Padre:
-Martín partió su capa conmigo.
Me habría gustado conocer a San Martín de Tours. Sabía que el rico que da al pobre se enriquece más, porque los pobres son los representantes de Cristo en este mundo.
¡Hasta mañana!...